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La cafetería del Niemeyer adapta el horario a los actos y abre terraza estival

"En estos tres primeros meses de gestión, hemos logrado un clima de tranquilidad", se felicita el hostelero Venancio Souto

La terraza de verano de la cafetería del centro cultural Niemeyer. RICARDO SOLÍS

Apenas han pasado tres meses desde la adjudicación al hostelero corverano Venancio Souto del servicio de cafetería del centro Niemeyer y el empresario cree que el primer objetivo que se marcó ha sido cumplido: pasar página y romper con un historial lleno de polémica y controversia que puso a la cafetería del centro cultural avilesino en el foco de la actualidad local y no precisamente en términos positivos. "Se ha logrado un clima de tranquilidad, que es algo que favorece a todas las partes interesadas en la gestión del Niemeyer. El negocio se va poco a poco poniendo en el sitio que deseamos, pero creo que lo más importante es que hemos logrado dejar de ser motivo de comentarios", comenta Souto al solicitarle su balance durante esta primera etapa como gestor. En este balance, entra la recuperación de la terraza de verano, muy demanda por los avilesinos.

Con anterioridad a Souto llevaron las riendas de la misma cafetería los restauradores Pedro Morán y Koldo Miranda y el empresario praviano Enrique Martínez Ondina; los tres salieron escaldados del Niemeyer por diferentes motivos y a diferencia del hostelero corverano habían tenido bajo su control el edificio de la torre-mirador, ahora cerrado y prácticamente huérfano de actividad. Venancio Souto no se plantea asumir la gestión de la torre porque, según recalca, "mi objetivo desde el principio se ciñe a lograr que la cafetería preste un buen servicio y esté debidamente organizada". Y añade que "por el momento no tiene mucho pensar en grandes alardes conforme está el mercado".

El nuevo adjudicatario de la cafetería, tal y como le obligaban los pliegos del concurso, subrogó al personal que trabajaba en la cafetería en la anterior etapa, de modo que mantiene a cuatro personas en plantilla: "Una cifra que a veces se queda justita y que en otros momentos va sobrada; depende de la afluencia de clientes".

Entre las novedades del nuevo ciclo de gestión que se ha abierto con la llegada de Venancio Souto está el hecho de que el horario de funcionamiento de la cafetería se ha flexibilizado, de modo que en la actualidad se mantiene abierta más horas en función de la programación vespertina y nocturna del centro cultural. De este modo se han acallado las críticas vertidas por quienes veían con malestar y extrañeza que la cafetería cerrase a las ocho de la tarde de modo que tras una función de teatro, espectáculo o concierto no hubiera la posibilidad de rematar la velada tomando un café, un refresco o una copa en el complejo cultural. El horario actual de cierre de la cafetería son las diez de la noche los viernes, sábados y vísperas de fiesta, si bien hay cierta permisividad para ampliarlo en función de la demanda del público. Del mismo modo satisfactorio, la gestora de la cafetería ha logrado llegar a un acuerdo con la dirección del centro para ofrecer a los usuarios de la cafetería la posibilidad de usar baños y aseos públicos después de las ocho de la tarde, cuando cierran los del área administrativa del centro cultural: "Hemos abierto un paso interior por la cafetería; no era muy complicado buscar una solución".

La otra gran novedad de la oferta hostelera del centro Niemeyer es la apertura, hace pocos días, de una terraza de verano que se añade a la que suele estar montada en la plaza del complejo cultural. Se trata de un espacio pensado para disfrutar de las consumiciones en un marco más relajado, con vistosos sillones rojos de diseño y que próximamente dispondrá de animación musical en directo. "La idea es organizar conciertos de pequeño formato para que la gente pueda disfrutar de unas tardes diferentes al lado de la ría", explica Venancio Souto, confiado en que agosto sea un mes de gran concurrencia al centro cultural de la ría y, en consecuencia, positivo para la actividad hostelera.

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