El historiador y académico de la Real Academia de Ciencias Morales, Emilio de Diego, impartió ayer una ponencia titulada "Cataluña en la perspectiva cervantina", en la que desgranó los puntos de vista de Miguel de Cervantes acerca de la Cataluña de su época. Para el académico, el conflicto catalán no ha sido algo que naciera en la actualidad. "Toda esta cuestión catalana ha sido producto de siglos de choques y encontronazos", afirmó De Diego, quien recalca que la visión de Cervantes sobre la región catalana "habla de un territorio abierto al que el escritor alababa y respetaba, muy distante de la visión que el autor tendría hoy día sobre Cataluña".

El historiador señaló que el ilustre escritor madrileño "tiene aún mucho que enseñarnos en el principio del siglo XXI. El mito cervantino nos puede dar lecciones hoy día de libertad, comprensión y diálogo. Son tres de los ejes sobre los que pilotaba el pensamiento de este autor, y él los manifestaba siempre como valores importantes".

De Diego comentó que "las primeras referencias de la estancia de Cervantes en Cataluña datan de 1569, cuando el autor madrileño llegó a Barcelona huyendo de la justicia, y desde ahí escaparía por mar a Italia o seguiría por vías terrestres". Según el académico, "las referencias detalladas sobre Cataluña, y más específicamente sobre Barcelona, se hallan en la obra cervantina en cuatro libros: 'La Galatea', 'Las dos doncellas' la segunda parte de 'Don Quijote de La Mancha', y 'Los trabajos de Persiles y Sigismunda'".

En la obra quijotesca, el hidalgo llega a Barcelona, en palabras del historiador, "en el apogeo de la interpretación de la realidad. Se ha transformado en un sujeto peligroso al que hay que matar. Es un individuo revolucionario. El Quijote no muere en La Mancha, sino en la playa de Barcelona".

"Miguel de Cervantes no solo alababa a Cataluña y a los barceloneses, sino que en 'El Quijote' el único personaje que denosta al hidalgo durante su estancia en esa ciudad es un castellano. Barcelona era un elemento de proyección -y no solo en el ámbito militar sino de cualquier otra naturaleza- de España sobre el Mediterráneo y Europa. El escritor veía Barcelona como una ciudad abierta y fuerte, no como una población cerrada al estilo de una aldea", apuntó De Diego.

El historiador destacó que "la situación que se está viviendo en Cataluña no es algo exclusivo de la actualidad, sino que ha sido fruto de varios siglos de choques y encontronazos. Hay señales bastante negativas en líneas generales. Miguel de Cervantes vería a esta región de una forma totalmente distinta a la de su época, pero este ilustre autor sabría separar unas cosas de otras. Cataluña es todo menos un bloque monolítico: se trata de una sociedad muy compleja".