El incendio que asoló a última hora del jueves la vieja fábrica de hielo del puerto pesquero ha adelantado los planes para su demolición. La sociedad Nueva Rula de Avilés, propietaria de la instalación, contrató hace meses a una empresa el desmontaje y desmantelamiento del interior del edificio con el objetivo de proceder posteriormente a su demolición. Precisamente estaba previsto que esos trabajos en el interior de la vieja fábrica concluyesen esta misma semana, pero el fuego devoró el jueves la instalación ante la mirada de más de un centenar de curiosos. La Policía investiga las causas del siniestro, si bien la opción que cobra más fuerza es que en los trabajos de desmontaje saltara una chispa que prendió en algún tipo de material combustible. El fallo eléctrico está prácticamente descartado, puesto que la corriente lleva tiempo desactivada.

"Los trabajos de desmontaje habían empezado hace varios meses. Estaban ya muy avanzados, y de hecho teníamos previsto que terminaran esta semana. El siguiente paso era obtener el permiso para la demolición", explicó el gerente de la Nueva Rula de Avilés, Alfredo Caunedo, que destacó que el espectacular incendio no tuvo consecuencias en la actividad habitual del puerto pesquero ni en la nueva fábrica de hielo.

La vieja factoría de hielo amaneció ayer negra, humeante y acotada. Las fuerzas de seguridad instalaron una valla perimetral con carteles con el mensaje "Terminantemente prohibido el paso, peligro de derrumbe". Agentes de la Policía Científica tomaron fotos en la zona en una primera inspección, si bien el análisis más exhaustivo tendrá que esperar unos días, "cuando el interior esté en condiciones", explicaron fuentes policiales. Es por esto por lo que los investigadores mantienen abiertas todas las hipótesis sobre el origen del incendio.

El fuego se declaró pocos minutos después de las ocho de la tarde. A tan solo unos metros se encuentra un establecimiento de artículos náuticos y pesqueros. "Ayer (por el jueves) cerramos a las ocho menos diez y cuando salimos de aquí no vimos absolutamente nada. Esta mañana nos hemos enterado por el periódico de lo que había pasado", explicó Enrique del Rivero. Su establecimiento, el más próximo al lugar del incendio, estaba ayer a oscuras. "Estamos sin luz, no podemos hacer ni una venta", lamentó.

Las fuentes consultadas explicaron que un cable de suministro eléctrico se vio afectado por el incendio. "No le dio el fuego directamente, pero se ha visto afectado por el calor. Se está trabajando para restablecer el suministro", explicaron las mismas fuentes.

Varios personas que siguieron el jueves el incendio criticaron la tardanza de los equipos de extinción. El parque de bomberos de Avilés recibió el aviso a las 20.39 horas, y la primera dotación llegó a la vieja rula a las 20.45 horas. En seis minutos se encontraban en sus puestos. El hecho de que la instalación fuese confinada (las puertas y ventanas son prácticamente herméticas) complicó la labor de los bomberos. En total, se desplazaron cinco bomberos del parque de Avilés, tres de Pravia y el jefe de zona. Además, según las fuentes consultadas, dos del parque de La Morgal fueron derivados al avilesino, que se había quedado vacío. La intervención del remolcador "Pau Casals" resultó fundamental para el éxito de las tareas de extinción.

En cuanto a la espectacular nube negra que cubrió la ría y se extendió hacia la ciudad, se debió principalmente a la combustión del recubrimiento aislante de las paredes de la vetusta fábrica.

Operarios del Puerto comenzaron ayer mismo a limpiar la parcela aneja al edificio siniestrado, donde se guardaban principalmente cajas y redes, y que ocupa el espacio comprendido entre la vieja fábrica de hielo y la de cuadradillo (tipo de hielo). "Estamos limpiando para dejar libre toda esa parcela", apuntó el presidente del Puerto, Santiago Rodríguez Vega.

La mayoría de los que pasearon ayer por la margen izquierda de la ría se acercaron a comprobar el estado del edificio tras el devastador incendio.