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Concejo De Bildeo | Crónicas Del Municipio Imposible

Intérpretes intrépidos

La llegada de un nuevo gobernador civil a Asturias y su debut en el cargo en un concierto de música regional

Intérpretes intrépidos

A la gente de fuera, la tonada asturiana se le atraganta un poco, más o menos como nos pasa a los de aquí con las arias operísticas y las intervenciones de los políticos. En cambio, las canciones de chigre nos entusiasman a todos y los indígenas echamos de menos aquellas actuaciones espontáneas de grupos de amigos en las sidrerías, que tomaban unas botellinas mientras iban empalmando una canción con otra. La tonada a palo seco o sofitada por la gaita, sube y baja siguiendo el perfil de nuestra región, similar al de un tronzón (tronzador) con los dientes hacia arriba, y tantas subidas y bajadas agotan al personal.

Cuentan las crónicas que en una ocasión, en tiempos de Franco, llegó un nuevo gobernador civil para Asturias; era una época de fábricas echando humo que los jóvenes de ahora ni conocieron ni conocerán jamás, porque andan distraídos buscándose la vida por Madrid, Londres o por ahí, ya que Asturias se ha convertido en un erial en cuanto a oportunidades. Algunos recordamos que hace unas décadas nuestra región pisaba fuerte, era la tercera en poderío, había mucha actividad industrial y minera, nos mandaban un nuevo gobernador cada poco, permanecía en su cargo una temporada, fogueándose con los obreros, cursando un máster en sindicalismo, huelgas y romerías, para después volver a Madrid y salir ministro de algo.

Uno de los primeros actos oficiales a los que asistió la nueva autoridad suprema de la región fue un concierto de música regional interpretada por coros, vulgarmente música decorativa, trufada de polifonías que subían, bajaban y se entrecruzaban debaxo un tonel, puestos n'un barracucu y tapaos con laurel. La organización planeó a la perfección el evento musical, presentando en primer lugar una masa coral reducida compuesta por dos intérpretes para no acojonar al público con un arranque en plan destroy del "Coro Minero de Turón" y sus mariachis, que pasan de treinta. Abrió boca, es decir que actuó, el "Dúo Peñasanta", que cantó muy bien con un penetrante olor a queso en sus dos interpretaciones, entusiasmando al respetable, especialmente al escuchar aquella que dice:

"En seis años, siete fíos

haciendo un gran sacrificio;

si no te caparan, Lola,

tu casa sería un hospicio.

A continuación, el "Trío Los que barren la Corte", introdujo un notable cambio en el ambiente que pasó del olor a queso a un asfixiante pestazo a cuadra sin barrer. El público aplaudió a rabiar al escuchar aquellas conocidas estrofas, popularizadas por El Presi, que empezaban así:

"Fuiste cortexar a Fano,

estimárontelo mucho;

non taba la moza en casa,

mandáronte sacar cucho".

-Este cuarteto que va a cantar ahora -le informó el pelota nº 1- es de lo mejor que tenemos; sus integrantes cantan normalmente a cuatro voces, pero hay momentos en que lo hacen a seis o más.

El "Cuarteto Vocal Asturianía" tuvo una espectacular puesta en escena: detrás de los cuatro intérpretes, entraron unos rapazos que se sentaron en el suelo a cabruñar unos gadaños mientras los artistas trenzaban las voces, pero calcularon mal el ruido y entre cantares, cabruños y rasgueos de las piedras de afilar filo arriba y filo abajo, armaron un barullo insoportable que intentaron arreglar metiendo unos chistes. Al final, el público supo perdonar; en cuanto se retiraron los del cabruño, pusieron a la gente en pie al interpretar aquella de:

"Allá arriba en aquel monte

planté un tejo para ti;

tú no dabas con el tejo

y yo con el tejo di".

A continuación, cantó el "Ochote de la Unión Temporal de Empresas".

-Los componentes de este ochote, -le informó el Pelota nº 2, después de haber empujado al nº 1 fuera de la tribuna-, iban a ser una docena, pero ya no cabían más, de lo buenos que eran, así que lo dejaron en una docena de ocho.

Fue muy aplaudida la pieza titulada "A la entrada de Oviedo", a la que añadieron una estrofa inédita, escrita por un componente del grupo al que le faltaba un fervor:

"Esa panaderina

del pan menudo,

cuando va por la calle

menea el mandil...".

Como colofón, salió a cantar el "Coro Minero de Turón" y su nueva excelencia el gobernador quiso hacer un comentario elogioso a las mesnadas que formaban su séquito, antes de que se le adelantase algún pelota más:

-Pues si eran buenos el cuarteto y el ochote, este "diociochote" es de lo mejor que escuché en mi vida.

A partir de ese momento, al buen señor nadie lo tomó en serio, menos aún cuando transmitía órdenes del Gobierno central. Lo peor es que seguimos igual, en Asturias no hay dónde colgar un candil en lo que a autoridades se refiere. ¿Por qué lo llamarán el Gobiernín?

Seguiremos informando.

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