"Asturias forma parte de un conjunto de regiones europeas con involución poblacional, es decir, reducen su población... y eso, desde luego, es preocupante", explicó ayer el demógrafo asturiano Rafael Puyol, exrector de la Universidad Complutense. "El último de los grandes rectores de mi universidad", destacó Juan Velarde, el presidente de la Asociación de los Cursos de La Granda, marco en el que Puyol determinó la realidad poblacional de una región que sobresale "por una bajísima fecundidad de las mujeres, la más baja del país, de hecho". Dio un dato ilustrativo: "Las mujeres asturianas tienen menos de un hijo. Para renovar las generaciones es preciso que se alcancen cifras de 2,1 hijos por mujer, son cosas de la estadística. Pasar de menos de 1 a 2,1 es tremendamente difícil", remarcó el experto, que abrió ayer por la mañana el octavo seminario programado desde finales de julio en el chalé de La Granda.

La intervención de Puyol comenzó explicando la teoría del centro y de la periferia, aquella según la cual la concentración de los recursos económicos y de habitantes se da en el centro en detrimento de las alas que lo rodean, donde la población y los recursos son menores. "Asturias está doblemente en la periferia", aseguró. "De la periferia europea y también de la española", explicó el experto.

Tras determinar las reglas del juego, el profesor Puyol fue abriéndose paso en el análisis de la población en el Principado. "En estos últimos años -los que van de 2000 a 2015- nos hemos ido manteniendo en un millón y un millón cien mil habitantes, pero eso está bajando. En 2015 descendió la población en 33.000 habitantes, la caída es de un 3 por ciento", apuntó. "Esto tiene varias causas: descenso de los nacimientos, aumento de la mortandad y escasa presencia de las migraciones en Asturias, pero también en todo el norte del país", añadió.

En el año 2000, Asturias contabilizó casi 7.000 nacimientos. En 2015 esa cifra estaba en 6.400. "Es decir, en sólo 15 años hemos perdido 600 nacimientos", señaló el experto. ¿Por qué caen los nacimientos? "La presencia en el mundo laboral de las mujeres no repercute en la caída de los nacimientos: todo lo contrario. La primera condición que ponen las mujeres para tener un hijo es tener trabajo y, a poder ser, un contrato fijo. Sólo con este punto salvado deciden tener hijos", explicó el profesor Puyol. "La media de edad de las mujeres asturianas es de 32 años. A esa edad o sólo se tiene un hijo o, a lo sumo, dos", apuntó Puyol antes de explicar "que también se produce una baja nupcialidad y, en consecuencia, se han incrementado los hijos extramatrimoniales". Los datos que ofreció son elocuentes: en 2001 el 18 por ciento de los hijos eran extramatrimoniales; en 2015 esa cifra se incrementó al 40 por ciento. "Asturias está viviendo una segunda transición demográfica".

Puyol también analizó los índices de mortalidad en Asturias. "La esperanza de vida de los hombres está actualmente en 80 años; el de mujeres, en 85. En los últimos años se ha incrementado de manera significativa", apuntó el demógrafo. "Esto significa que el hombre que alcanza los 65 años tiene todavía 20 más y la mujer, 23. Es lo que llamamos sobreenvejecimiento: la cuarta edad", destacó Puyol. "Esto es la buena noticia porque el incremento de la esperanza de vida es síntoma de poblaciones desarrolladas. La mala noticia es el incremento de las defunciones", señaló.

"El crecimiento natural -la diferencia entre nacimientos y defunciones- es de 80.000 personas en Asturias. No es más por efecto de las migraciones", dijo Puyol. La conclusión de Puyol es desalentadora: "La población disminuye, la migraciones al exterior se incrementan. Se nos está yendo el talento en busca de oportunidades laborales". El crecimiento natural es negativo y también el saldo migratorio (entre los que llegan y los que se van). "Todo esto da en involución", concluyó.