"Si a un obrero no le piden que vaya marcando paquete, ¿por qué detrás de una barra las mujeres tenemos que exhibir nuestro cuerpo?". Ésta es la pregunta que ronda, desde el pasado día 20 de agosto, la cabeza de Cristina (nombre figurado), una joven avilesina que denunció a través de las redes sociales una conversación que mantuvo vía Whatsapp con un supuesto hostelero, quien le pidió "llevar escote" para optar a un trabajo, y que se ha hecho viral en la red.

"Me desperté con una conversación de un número que no conocía. Estuvimos hablando sobre las condiciones hasta que me preguntó si me importaría llevar escote, y yo le respondí que sólo en caso de que me apeteciese", explica la joven, que está cerca de cumplir la veintena, y que busca un trabajo como camarera para compaginar con sus estudios de Gestión de alojamientos turísticos.

Además de insistir en que llevar escote "es algo habitual en los bares de copas" y que "a la gente le gustan las chicas muy jóvenes", el presunto empleador envió a Cristina una imagen en la que se podía ver a un hombre con el torso desnudo. "Me envió una foto, en la que decía que salía él y que tenía un bar de copas en Mieres, pero hablando con una amiga que es de allí, me dijo que conocía al dueño de aquel local y que no era la misma persona que se podía ver en la instantánea", relata sobre el supuesto hostelero, que dice tener la intención de abrir un establecimiento en la calle Fuero de Avilés.

Antes de la emisión de mensajes reprobables, y dado que en parte el horario del trabajo no era compatible con el de sus estudios, la afectada facilitó al hipotético empleador el número de una amiga, por si le pudiese interesar el empleo. "No pude llegar a corroborar si se había puesto en contacto con ella. Le avisé de lo que había pasado y, si bien me confirmó que le había hablado una persona con un número de teléfono que no conocía, no pudimos verificar que se tratase de la misma persona", expresa.

Desafortunadamente, ésta no es la primera vez que Cristina se ve en una situación similar. Y es que la joven asegura que este tipo de situaciones "están a la orden del día" en el mundo de los locales nocturnos. "Me había ocurrido otras veces pero, cuando me negaba a llevar escotes, la conversación quedaba ahí. No volvían a insistir ni hablábamos nada más. Me parece lamentable sexualizar a alguien por estar detrás de una barra. Hay veces que no sé si quieren una camarera o una chica de compañía", clama.

Los mensajes publicados por Cristina a través de Twitter y Facebook censurando la actitud del presunto empleador han tenido una gran repercusión. Han sido varios los medios de comunicación que se han hecho eco de la noticia, y fueron más de 9.000 los perfiles de redes sociales que compartieron y comentaron su caso. "Jamás pensé que iba a tener una repercusión tan grande. En un primer momento pensé que sólo lo iban a ver mis amigos; pero al final ha llegado a muchísima gente. Espero que, con mi caso, la gente se conciencie y vea que esto pasa. Que no es un hecho aislado. Tratan de explotar la imagen física de la mujer, y eso no me parece correcto", sentencia la avilesina.