El homenaje religioso que Avilés brindó ayer a su patrono paralizó la ciudad al paso de una procesión que discurrió por el casco antiguo y que atrajo la atención de cientos de viandantes que no quisieron perderse la oportunidad de saludar a San Agustín. La ofrenda al santo tuvo lugar en una iglesia de San Nicolás de Bari que se quedó pequeña y en la que los fieles disfrutaron de una ceremonia que recuperó la interpretación de la "Missa pontificalis", de Lorenzo Perosi. La ofrenda la hizo la Asociación de Antiguos Alumnos del Colegio San Fernando, coincidiendo con el 75º aniversario de la fundación del centro. La misa estuvo organizada tanto por la propia parroquia de San Nicolás de Bari como por la Cofradía de El Bollo.

Más de 40 años después, vuelve a sonar en la iglesia de San Nicolás la célebre pieza de Perosi, bajo la dirección de José Manuel San Emeterio. La "Missa pontificalis" se oyó por última vez en San Nicolás de Bari durante la festividad de Santa Cecilia en 1970; entonces la interpretó el Orfeón de Avilés. "La recuperación de esta obra fue algo espontáneo: tres amigos que la conocíamos propusimos al director interpretarla para que no quedase en el olvido, y fue un verdadero éxito. Primero la cantamos en julio en la iglesia de Sabugo, y a partir de ahí decidimos repetirla en esta celebración. Llevamos un mes y medio preparándonos para la ocasión", afirmó Enrique Menéndez, miembro de la Agrupación Polifónica Centro Asturiano de Avilés.

La ofrenda a San Agustín la realizó la Asociación de Antiguos Alumnos del Colegio San Fernando por boca de su presidente, Jesús Barbón. La entidad hizo entrega de un cáliz y una patena en honor del patrono del municipio realizados en los talleres de la Escuela de Cerámica de Avilés. "Es un orgullo tomar parte en esta celebración y tener la oportunidad de abogar ante San Agustín para que atiende las peticiones de todos los avilesinos. Para la Asociación es un honor participar en la ofrenda", afirmó Barbón, visiblemente emocionado.

Tras la ofrenda comenzó la procesión, que paralizó el centro histórico de la ciudad, lleno de gente deseosa de contemplar el paso del patrono. De hecho, una multitud estaba congregada delante de la iglesia de San Nicolás de Bari para acompañar al patrono durante el recorrido. Cientos de personas formaron un pasillo por el que pasó la comitiva con la efigie del santo, que llegó a parar a su paso la actividad en el mercado medieval.

El recorrido comenzó en la propia iglesia de San Nicolás de Bari y transcurrió por la plaza de España, las calles de La Fruta, San Bernardo, la Cámara y San Francisco, desembocando de nuevo en el céntrico templo avilesino, donde concluyó el homenaje religioso a San Agustín. Una celebración que puso el colofón religioso a las fiestas en honor al patrono, que durante agosto atraen a numerosos visitantes a la villa. Un mes en el que las calles respiran fiesta y buen ambiente con numerosas actividades culturales y lúdicas.