Lo es, lo es. Y lo es incluso, pese al hombre que inunda y abusa del planeta en el cual vive y en el que tantas barbaridades y de toda índole a veces comete tan impunemente, y aún así, pese a todo, la vida es bella.

La vida es bella pese a los terroristas de Daesh, pese a los asesinos sin razón de gente buena, pese a los maltratadores cobardes que permisivamente dejamos convivir entre nosotros; fíjense si es bella, que aquí seguimos los españoles de bien, en paz y silencio, pese a que un número reducido de personas sean incapaces de ponerse de acuerdo para gobernar este país nuestro, después de tantos meses mantenidos.

Hoy, especialmente, la vida es bella, porque a los acordes del órgano y la voz de Patricia Martínez, la melodía "La vida es bella" (a modo de marcha nupcial) acompañará hasta el altar de San Nicolás de Bari a mi hija María y a su futuro esposo Marcial.

Ojalá también para sus hijos la vida siga siendo tan bella como lo fue, pese a todo, para sus respectivos padres.

Mi voz seguirá siendo crítica a futuro, con las tropelías que en nuestra sociedad civil estén por cometerse, sin que ello sea motivo o justificación para no poder seguir diciendo aún, lo bello que es vivir.

¡Felicidades, María y Marcial!