El empresario avilesino de origen gallego José Luis García Arias ya sólo controla dos de las 12 empresas que fundó y que reunió hace 15 años bajo el amparo del holding Cartera de Inversiones Melca, ahora en proceso de liquidación. La pérdida de control de su legado empresarial tiene como causa primera un desacuerdo entre los socios propietarios del Grupo: los tres hijos de García Arias, el propio García Arias y su esposa. Como consecuencia de este desacuerdo -materializado en mayo pasado, tal como desveló LA NUEVA ESPAÑA- están en peligro 150 puestos de trabajo. Asimismo, tal y como advierte el fundador, la situación de la matriz está en peligro puesto que recae sobre ella "la responsabilidad subsidiaria que afecta a una empresa matriz con respecto a las sociedades subordinadas si en estas se produce una situación de insolvencia", es decir, la principal tiene que responder sobre las deudas de las filiales puesto que es la "sociedad controlante". A esto se suma el hecho de que "la carencia de un plan de viabilidad presentado por los liquidadores de Melca, en cuanto a lo que va a ser el futuro de sus filiales, empeora, precisamente, su situación de futuro", aseguró García Arias. "El trío de liquidadores -Eduardo Suárez, Elena García y Daniel García-, ya que Isabel Becerril sólo firma, deberán estudiar bien la temporalidad de sus actos o los juzgados seguirán interviniendo en la liquidación".
La operación de desarme de García Arias se ha ido desarrollando a lo largo de todo el verano, tal como viene informando este periódico. En la actualidad el industrial que tuvo en su mano buena parte del control del mantenimiento de metalmecánico de Arcelor sólo dirige las empresas Recargues y Mecanizados (Remesa) y Construcciones Avilés (Coavisa). Del resto ha sido derrocado por alguno de los socios propietarios o por sus antiguos hombres de confianza. Los últimos pasos se han dado en Arside Construcciones Mecánicas (en manos de su hija Elena García), Montajes Eléctricos del Cantábrico (controlada por Daniel García), Secal (también bajo la batuta de Daniel García) y Sociedad Inmobiliaria de Avilés (también en manos de Elena García).
