Samuel García lleva grabado en su camiseta el nombre de Messi, tiene cinco años y acaba de fallar un penalti. Pese a todo está tranquilo. Jorge Arias, de cuatro años, calienta para tirar a puerta y advierte que su disparo será fuerte y rápido. Izan Borrega, de portero, se lanza cual gato para capturar el balón con sus manos y al segundo, Daniel Arias marca un gol y lo celebra. La atracción del fútbol del salón de juegos "Pequelandia", ubicado en la plaza de Los Maestros de Las Vegas, es un paraíso para niños trasto y "revolvinos". Lo suyo es saltar o, como dice Nel Gutiérrez, de cuatro años: "Hacer sonrisas". Los "revolvinos" de hasta doce años no descansan. Álvaro Fernández también tiene cuatro años, y se dijo a sí mismo que tenía que probar todas las atracciones. Se calza y se descalza con mucha facilidad mientras Ismael Jiménez, que dice que no le gusta el fútbol, "salta para ver quien llega más lejos" desde el tobogán hinchable. "Espera, Isma", le espeta Jaime Cuadriello, también de siete años. Aarón Cabrera, de seis años, está pensando si subirse o no al tobogán. Al tiempo, en otra atracción, Enol Tomás Gallardo defiende que "lo mejor" es tirarse desde el tobogán.

Los más pequeños como Olay Navarro o Aneli Vallejo apenas le salen las palabras. Prefieren saltar y seguir siendo trastos. Lara Méndez, Amaya García e Iker González lo tienen claro: "Nos tiramos y saltamos y ya está". Yaiza González se balancea con su hermano Raúl, que no para de pedir agua. Está agotado y como él más de un pequeño que quemó energías como si el salón infantil de "Pequelandia" acabara ayer. Habrá más hasta el miércoles para que los "revolvinos" salten y jueguen.