La iglesia de San Juan de la Arena se quedó ayer pequeña para acoger la multitudinaria despedida que los vecinos de la localidad sotobarquense quisieron dar a su párroco, Faustino Martínez, fallecido el pasado miércoles. Cientos de personas se congregaron al mediodía en el templo para dar el último adiós al cura, en una emotiva ceremonia que estuvo oficiada por el arzobispo de Oviedo, Jesús Sanz Montes, y en la que estuvieron presentes más de medio centenar de sacerdotes de la diócesis ovetense, además de familiares del fallecido y autoridades locales. "Pude visitarle en varias ocasiones recientemente, cuando estaba hospitalizado en Oviedo. Él era consciente de lo que tenía y de lo cercano del desenlace. Hablábamos de sus más de 50 años de sacerdocio y de otras anécdotas. Pero siempre me conmovió lo que una persona puede comunicar con tanta serenidad cuando sabe el final", recordó el Arzobispo durante la misa, en la que dedicó numerosas palabras de cariño a la memoria de Martínez, quien, aseguró, le recordaba a su "padre".

Finalizado el oficio, el cuerpo sin vida de Martínez se quedó en el templo de San Juan de la Arena, desde donde estaba previsto que, por la tarde, se trasladase a Fonticiella (Villayón), localidad natal del párroco, para darle sepultura.

Faustino Martínez pasó dieciséis años como responsable de la iglesia de la localidad arenesca, además de las de La Corrada y Ranón. Su última misa fue el último domingo de julio.