Construcciones Avilés, una de las sociedades que integran el Grupo Melca, atraviesa una situación de insolvencia, según se desprende de la convocatoria de la junta de accionistas que ha realizado el administrador único de la misma, José Luis García Arias, el fundador del conglomerado empresarial que se tambalea desde el pasado mes de mayo por el enfrentamiento entre dos facciones de la familia propietaria. Con una capital social de 120.400 euros y activos por valor de 3,75 millones, la constructora tuvo el año pasado pérdidas por importe de 326.229 euros. Además, José Luis García Arias, que ocupa el cargo de administrador desde el 9 de junio de este año (sucedió a Marcelino Fernández Villamarzo), expone que su "renuncia irrevocable" al cargo obligará a nombrar nuevos administradores.
En el primero de los puntos del orden del día de la convocatoria de la junta general extraordinaria de accionistas de Construcciones Avilés, a celebrar el 8 de noviembre, se da cuenta a los interesados de que el pasado día 15 de este mes se dio comunicación al Juzgado de los Mercantil del procedimiento iniciado para declarar un preconcurso de acreedores al amparo de lo dispuesto en el artículo 5 bis de la Ley 22/2003 Concursal; este precepto legal, entre otras novedades, implicó que con la comunicación del deudor (en este caso Construcciones Avilés) relativa al inicio de negociaciones con sus acreedores, éstos no podrán iniciar ejecuciones judiciales de bienes que resulten necesarios para la continuidad de la actividad profesional o empresarial del deudor. Se da el caso de que el principal acreedor de Construcciones Avilés es Cartera de Inversiones Melca (en liquidación), ahora controlada por la esposa (en trámite de divorcio) y los dos hijos de García Arias que se rebelaron contra su padre.
Construcciones Avilés, S, A., fundada hace 29 años, llegó a ser la principal empresa constructora de la comarca y una de las pocas que sobrevivió a la "crisis del ladrillo" de los años ochenta. Entre sus proyectos más reconocibles están el inmueble del Quirinal que hoy ocupa el hotel Silken y los bloques de pisos con vistas a Las Meanas popularmente conocidos como "la manzana de Melca".
