El control de la atención es uno de los beneficios de la práctica del yoga, que enseña a gestionar las emociones, el estrés, la ansiedad, el miedo o la angustia. "Podemos entrenar la atención igual que los músculos. Hay tres partes que están todo el tiempo tirando de nuestra atención: el cuerpo físico (dolor, hambre, cansancio), las emociones (estoy triste, estoy muy contenta) y el pensamiento (ayer debería haber hecho esto, mañana tengo que hacer esto otro). Podemos ir cortando esos hilos para centrar la atención donde nosotros queramos y alcanzar la paz. Y cuanto tengo paz, aunque a mi alrededor haya tormenta, puedo afrontar situaciones de otra manera", expuso ayer en el Club LA NUEVA ESPAÑA de Avilés Clara María Fernández Formoso, formadora e integrante de la Asociación de profesores y practicantes de yoga integral.

El yoga es una disciplina que nació en la India hace 5.000 años y que cultiva cuerpo, mente y alma. Según explicó Fernández Formoso, cada vez son más los médicos que lo recetan: "El yoga ha arreglado muchas espaldas y baja el nivel de medicación. La mayoría de la gente que da el paso a practicarlo es por un sufrimiento: por dolores de espalda, ansiedad o por un vacío que no saben cómo llenar. Cada vez se receta más para evitar medicación en problemas de espaldas y ansiedad". Pero, ¿cualquier profesor de yoga está preparado para dar respuesta a estas situaciones? "No se puede aprender a enseñar yoga en un mes. Ahora se está empezando a regular en España con certificados de profesionalidad, pero a día de hoy somos muy pocos los que lo tenemos", reconoció la formadora, que aclaró la diferencia entre esta disciplina y el Pilates ("Pilates es un método de reeducación postural, es solo físico. El yoga incluye la meditación y la gestión de emociones").

En caso de personas con ansiedad, Clara María Fernández recomienda ir acompañado a las primeras clases. "Normalmente la gente que llega con mucha ansiedad siente aún más ansiedad porque la ve, la mira y deja que salga. Tenerla dentro es como una bomba de relojería, pero luego sienten que llevan tres piedras menos en la mochila", concluyó.