La asociación "Mar Viva" criticó ayer el cierre de la costera del bonito, que lo vincula a la entrada "masiva" de arrastreros pelágicos franceses e irlandeses en los caladeros "con un sistema y artes de pesca prohibidos" para la flota española. "Todo es muy parecido a lo que pasó con la caballa, pues también ahora la mayoría de estos barcos son de armadores españoles. La historia se repite, los poderosos invierten capital fuera en sistemas de pesca prohibidos", afirmó Manuel Chedas, del colectivo. El profesional auguró, ante lo sucedido este año, que en 2017 habrá "unos recortes bestiales en la única costera que quedaba intacta para el sector".

"Mar Viva" aprovecha para pedir a las administraciones, tanto nacional como europea, un reparto de cuotas "justo, viable y equitativo" para todo el sector y para todas las modalidades. También "un amplio debate sobre la imposición de la reducción de descansos desde la Comunidad Europea, de 44 días más al año y la petición en firme de la ampliación del coeficiente reductor del 0,30 por ciento para todas las modalidades por igual, perceberos, mariscadores y para toda la gente del sector".

El colectivo propone la eliminación de los TAC para todas las modalidades declaradas como artesanales así como "el total cumplimiento de descansos y normativas nacionales para todos los barcos que faenan en nuestra plataforma continental y la prohibición total de todas las artes de pesca que estén prohibidos por nuestras normativas, especialmente pelágicos y tren de bolos o similares". En definitiva, lo que pide "Mar Viva" es que se respeten las "normas y los sistemas de trabajo de los pescadores nacionales. "Nuestro máximo interés es la defensa de una pesca totalmente legal, rentable y sostenible, siendo nosotros los más interesados en defender este sistema. Pondremos todo nuestro empeño en la unión y defensa del sector en todas sus modalidades de trabajo", concluye el colectivo pesquero.

Anchoa

El Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, por otra parte, reabrirá el caladero de la anchoa en el Cantábrico tras llegar a un acuerdo con Portugal y obtener 360 toneladas adicionales de cuota de boquerón. De esa cantidad, 200 toneladas se reservan para la flota cantábrica y permitirá levantar la veda en el caladero, cerrado desde julio por haber agotado los pescadores el cupo correspondiente. "Supone un impulso para la actividad de este segmento de flota", asegura el Ministerio en un comunicado. El resto de las toneladas irá para el caladero del Golfo de Cádiz. Esa cantidad se suma a los dos intercambios anteriores de 500 toneladas cada uno, realizados antes del verano y a principios de septiembre.

"Este acuerdo reafirma las excelentes relaciones entre ambos países en materia de gestión de recursos pesquero y garantiza, por otra parte, mayor actividad en los caladeros del golfo de Cádiz y del Cantábrico Noroeste", afirma. El Ministerio no descarta que pueda haber nuevos intercambios de cuota antes de finalizar 2016.