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La flota denuncia que barcos franceses pescan bonito cerca de la costa asturiana

"Están faenando con los millones de kilos que el Ministerio cedió a Francia", claman los afectados por el cierre anticipado de la campaña

Bonito capturado por barcos asturianos, en la rula de Avilés. MARA VILLAMUZA

La flota asturiana denuncia que una veintena de barcos pelágicos franceses está estos días capturando bonito a unas 12 millas al norte del cabo Peñas, cuando los profesionales de la región no pueden participar en esa campaña desde el pasado 5 de octubre porque España ya agotó el cupo. Los profesionales critican, además, que algunas de esas embarcaciones están faenando dentro de aguas nacionales, donde está prohibido ese tipo de arte ya que es altamente lesivo porque "arrasa con todo lo que hay en la zona". "Están pescando bonito con los 1,2 millones de kilos que el Gobierno de España cedió a Francia a cambio de otras especies, arrebatándoselo a los pescadores del caladero del Cantábrico Noroeste", asevera uno de los afectados.

La presencia de arrastreros franceses e irlandeses cerca de las costas cantábricas ha sido una constante en la campaña del bonito del Norte de los últimos años. Las comunidades autónomas denunciaron ante la Secretaría de Pesca esta situación ya que las consecuencias de esa práctica son varias, entre ellas que los cardúmenes de bonito desaparecen del punto donde faenan esos barcos y que los precios del producto bajan de manera considerable en los puertos donde descargan al hacer ventas masivas a las industrias conserveras. Los pescadores asturianos critican también la laxitud del Ministerio; ya que afirman que a través de la torre de control de El Musel, en Gijón, pueden comprobar dónde están en cada momento esos barcos pelágicos y poner sobreaviso a la Unión Europea del incumplimiento.

La utilización de redes pelágicas está prohibida en España, pero no así en aguas comunitarias, que es donde faenan los barcos objeto de la polémica habitualmente. "A más de 12 millas de la costa pueden hacerlo porque tienen autorización de Europa. El problema es que por el día están viendo dónde pescamos los barcos españoles el bonito y, cuando nos vamos a dormir, aprovechan la noche para arrasar con todo. Cuando volvemos por la mañana, o pescaron todo el cardumen o éste huyó", criticó hace unas semanas el presidente de la Federación regional de Cofradías, Dimas García.

Las voces discordantes con la decisión del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente de cerrar de manera repentina el caladero de bonito han sido constantes desde que se anunció, hace dos semanas. Así, la asociación "Mar Viva" vinculó la clausura a la entrada "masiva" de arrastreros pelágicos franceses e irlandeses en los caladeros. "Todo es muy parecido a lo que pasó con la caballa, pues también ahora la mayoría de estos barcos son de armadores españoles. La historia se repite, los poderosos invierten capital fuera en sistemas de pesca prohibidos", afirmó entonces Manuel Chedas, del colectivo. El profesional auguró, ante lo sucedido este año, que en 2017 habrá "unos recortes bestiales en la única costera que quedaba intacta para el sector".

Los pescadores asturianos también afirmaron que la decisión de cerrar el caladero de un día para otro denota "el absoluto desconocimiento que tienen las autoridades de cómo funciona el sector y un total desprecio por la necesidad de planificar la actividad". En este contexto, el director general de Pesca de Asturias, Alberto Vizcaíno, llegó a hablar de "caos".

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