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Un fuerte brote del virus "boca, mano, pie" dispara las citas de pediatría

La enfermedad empieza con fiebre elevada y dolor de garganta y los casos registrados, especialmente en guarderías, son leves y con buen pronóstico

Un fuerte brote del virus "boca, mano, pie" dispara las citas de pediatría

El virus popularmente conocido con el nombre de "boca, mano, pie" -en la mayoría de los casos causado por un agente infeccioso llamado Coxsackie A16- ha entrado con fuerza en varias guarderías y jardines de infancia de Avilés, lo que ha ocasionado un aumento considerable de las consultas de pediatría en la ciudad. Esta enfermedad, que afecta especialmente a niños de entre seis meses y cinco años, empieza con fiebre elevada por encima de los 39 grados centígrados y dolor de garganta. Dos o tres días después de registrar los primeros síntomas algunos niños presentan pequeñas ampollas en las manos, los pies y en zonas próximas a los genitales que, en ocasiones, se pueden confundir con las de la varicela y que normalmente son la pista necesaria para que el profesional sanitario realice un diagnóstico correcto. Otros pequeños también pueden sufrir heridas en la boca, dolor de cabeza o pérdida de apetito.

Si bien la enfermedad es "muy contagiosa", los casos registrados en Avilés son leves y con buen pronóstico. "Es una enfermedad común y benigna. Los niños suelen estar completamente recuperados en una semana", precisa una pediatra. Para el exantema "boca, mano, pie" no existe un tratamiento específico más allá del alivio de los síntomas. La prescripción de antibióticos, en este caso, no es aconsejable pues estos fármacos se utilizan para infecciones causadas por bacterias, no por virus.

Los profesionales sanitarios recomiendan una correcta higiene para evitar la propagación de la enfermedad. El virus puede contagiarse de una persona a otra a través de la saliva que se liberan, por ejemplo, al estornudar. También se dan casos de contagio por tocar objetos contaminados con el virus, como un juguete, o heces y ampollas de una persona infectada.

Tras un contagio, los especialistas recomiendan que los niños consuman líquidos, especialmente agua y lácteos fríos. Aconsejan asimismo enjuagues bucales de agua con sal que actúan como calmante siempre y cuando los niños no traguen el mejunje. Los pequeños suelen tardar en recuperar entre cinco y siete días y las complicaciones derivadas de este virus son raras.

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