Un error de un archivero permitió a los historiadores Pablo Martínez Corral y Azucena López abrir su investigación sobre la Revolución de octubre de 1934 en Avilés, que ayer se expuso en parte en el palacio de Valdecarzana. "Estábamos investigando la Guerra Civil en los archivos de Ferrol, pedimos una condena del masón Severino Álvarez Cienfuegos y nos dieron la de Severino García, socialista y presidente de la Casa del Pueblo en 1934", explicó Martínez Corral, que sigue la pista de revolucionarios de octubre como Valentín Dintén, de la CNT, y Emeterio García, del PCE. El proceso revolucionario comenzó el día 4. Mientras, en el parque del Muelle, los obreros repartían sesenta pistolas tipo César y momentos después comenzó el "rifirrafe" con las fuerzas de orden público.

"Había ochenta guardias armados, carabineros, frente a los revolucionarios, que eran doscientos y no tenían armas de larga distancia, solo pequeñas pistolas", abunda Martínez Corral, que también relata como en agosto de 1934, dos meses antes del estallido de la revolución, los obreros asaltaron la cantera de El Estrellín para robar dinamita. "El octubre del 34 en Avilés era más potente y serio de lo que parecía", señaló el historiador, que como miembro de "La Trókola" animó a participar en la ruta por los escenarios de la revolución el próximo domingo a las 19.00 horas, que partirá de La Ferrería.

Carlos García Rubio, experto en la historia de Avilés, recordó la importancia del movimiento obrero en la ciudad antes de 1934. Habló de las primeras sociedades obreras surgidas hacia 1899, de la huelga de la construcción en 1900 que consiguió rebajar la jornada a nueve horas un año más tarde. De los paros fracasados de los mineros de Arnao y del caldo de cultivo revolucionario que esos trabajadores generaron en la sociedad local.