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Clamor por el mal estado de la Casa de Cultura

Los usuarios critican las humedades y la falta de limpieza en los baños públicos - y piden acondicionar los accesos al edificio

Un cartel que denuncia la falta de limpieza en los baños.

Los usuarios de la Casa de Cultura están que trinan con el estado de dejadez que presenta este edificio municipal. Los baños, tanto el de hombres como el de mujeres, se limpian tres veces por semana desde 2013 (así reza un cartel adosado en ambas puertas de los servicios) y el de discapacitados lleva sin uso desde 2011. En este último caso, el cierre se debe a que aún faltan por colocar varias baldosas en el suelo desde hace cinco años.

Ni el gobierno del PP ni el del PSOE, hasta la fecha, han dado respuesta a esta situación que los usuarios consideran "indignante", máxime cuando los baños públicos de la Casa de Cultura son utilizados por los niños que acuden diariamente al cercano parque Zapardel. "Y los cristales de los baños los deben limpiar una vez al año", comentó un usuario indignado con el estado del edificio.

A esos problemas ya habituales desde hace años se suma "otro clásico", las humedades. El centro municipal sufre varias filtraciones de agua en diversas zonas, una de ellas está en la escalera que da acceso a la primera planta, la más transitada por los usuarios de la Casa de Cultura ya que da acceso a la biblioteca. El centro recibió una mano de pintura la pasada primavera, pero las trombas de agua caídas hace semanas ya dejaron alguna que otra marca en las paredes.

Las quejas no sólo se centran en el interior del céntrico edificio, también las hay referidas al exterior. Tanto las escaleras como el acceso a pie y habilitado para personas con movilidad reducida no están "en condiciones". En días de lluvia, las escaleras son deslizantes y provocan más de un susto, sobre todo, a las personas mayores. La pasarela también es resbaladiza. Las lluvias y la falta de limpieza, critican los usuarios, han ocasionado que varios tramos del acceso estén "comidos por el verdín".

El centro que preside el parque Zapardel recibe un constante trajín de personas. Unos suelen acudir a leer el periódico a la sala de lectura ubicada a la derecha de la entrada principal; otros, los más jóvenes, asisten a la sala de estudio y más aún en época de exámenes universitarios. Sin duda, el espacio más utilizado es la biblioteca. "Hay muchas veces que los niños pasan allí las tardes porque en Luanco no tienen ningún espacio para estar", criticó una usuaria de la biblioteca, que demanda un centro juvenil. El Ayuntamiento tiene intención de habilitar un espacio para los chavales en el antiguo local de los Servicios Sociales municipales; sin embargo, mientras tanto, los jóvenes siguen sin contar con un espacio propio donde reunirse.

Las críticas del interior del edificio y las del exterior se suman también a las de la zona ubicada bajo las escaleras. "La gente utiliza ese espacio para hacer sus necesidades y además siempre suele estar lleno de basura", criticó una usuaria cansada de encontrarse siempre con "situaciones desagradables" cada vez que acude a la biblioteca a buscar un libro.

Así las cosas, los usuarios del centro municipal confían en que el Ayuntamiento dé una pronta solución a estos problemas y afronte, al menos, las mejoras de los baños. Los vecinos son conscientes de las dificultades económicas del Consistorio, pero aún así también destacan que las filtraciones de agua en el edificio no son nuevas y deberían, al menos, motivar la aprobación de una partida presupuestaria "aunque fuera pequeña" para reparar los desperfectos en la cubierta del inmueble que generan las habituales goteras. "En las próximas semanas comenzará a llover, estamos en otoño, y volverán de nuevo las filtraciones y humedades al centro municipal, es una pena", concluyen los usuarios de la Casa de Cultura.

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