Las explicaciones ofrecidas ayer a través de este diario por la Consejería de Salud sobre la situación asistencial en el centro de salud de Sabugo, el de referencia para 19.826 avilesinos, apenas rebajaron el malestar de los usuarios quejosos con la calidad del servicio que reciben y sentaron mal en un sector de la plantilla sanitaria, cuya visión de su lugar de trabajo dista bastante del aparente "mundo perfecto" que describió la Administración. "Además de no arreglar el problema y de mentir, la Consejería de Salud del Principado quiere hacernos pasar por tontos al trasladar una imagen irreal del centro de salud de Sabugo, cuya realidad dista mucho de ser tan idílica como fue descrita", manifestó Antonio Cabrera, el líder vecinal que lleva años denunciando el progresivo deterioro de la calidad asistencial en Sabugo.

Varios usuarios consultados ayer por LA NUEVA ESPAÑA coincidieron con Cabrera en la percepción de que el centro de salud de Sabugo "tiene problemas de saturación ocasional", "a veces no se consigue cita de un día para otro" y los médicos que trabajan en el complejo "apenas disponen de tiempo para pasar la consulta en las debidas condiciones". No es menos cierto que otras personas, como María Cristina Álvarez, aseguraron no tener queja alguna, al contrario. O Víctor Muñiz, quien aseguró haber sido en el pasado "víctima de errores graves del sistema sanitario" -es decir, que se trata de una persona escaldada- pero que, hablando del centro de salud de Sabugo, "nada malo puedo objetar".

En el punto intermedio de las posturas de unos y otros parecen estar centrados los verdaderos problema del céntrico centro de salud avilesino. A juicio de una facultativa que aceptó dar su opinión a cambio de guardar el anonimato, "la cosa no siempre es tan negra como la pinta Cabrera ni desde luego tan perfecta como hoy (por ayer) la describe la Consejería". Esta profesional, al igual que otros empleados del centro, señala que "la peculiaridad de este centro de salud que lo hace diferente es que da servicio, además de a la población común, a seis geriátricos, varios centros de día, el albergue de transeúntes y al Juzgado; esto nos genera mucho trabajo administrativo y, en el caso de las urgencias, la necesidad de salir de la consulta dejando a los pacientes 'tirados' hasta nuestra vuelta".

El anuncio de que la residencia geriátrica del Nodo (una de las que depende de Sabugo) recibirá en breve 40 nuevos residentes no ha ayudado a relajar los ánimos de la plantilla. En este clima, los llamamientos a adecuar la plantilla de profesionales a la demanda asistencial creciente se suceden -la última iniciativa es una recogida de firmas-: "Pero por lo visto, lo que falta es talante en la Consejería, según la cual todo está de cine", lamentó Cabrera.