El portugués Manuel Martins fue el impulsor hace veinte años del centro de finanzas de Du Pont en Asturias, que nació como una experiencia piloto de la multinacional estadounidense. Martins seleccionó de, entre más de un millar de candidatos, a un equipo de seis personas, en 1996; jóvenes recién salidos de la Universidad y que hoy ocupan puestos de responsabilidad en diferentes compañías, algunos en Du Pont: Alejandro Olivares, Ana Somolinos, Susana Funciños, Raquel Sánchez, Ana Pardo y Santiago Estévez. Este último es ahora, a los 42 años, el responsable de Finanzas del Centro Global de Servicios de Asturias, referente mundial de la compañía. Martins y Estévez se reencontraron el viernes después de 15 años (los que el primero lleva jubilado), con motivo de la celebración del vigésimo aniversario de departamento de Tamón.
-¿Cómo germinó este centro, hoy referente mundial?
-Du Pont había anunciado en Asturias una inversión de mil millones de dólares tras un acuerdo con el Gobierno español que incluía una subvención, entre otros beneficios. Pero ese acuerdo también tenía contrapartidas, entre ellas, crear mil puestos de trabajo. Con las plantas que teníamos no era fácil lograrlo. Pero se abrió una ventana, crear un centro de servicios de finanzas donde se centralizarán todas las funciones de este tipo que estaban dispersas por Europa. Así nació este centro, que hoy es global.
-Usted eligió al equipo inicial, ¿qué criterios siguió?
-Tenía muy claro que tenía que ser gente joven, conocedora de idiomas, con capacidad de trabajo en equipo, y también con capacidad intelectual para aprender y desarrollar ese conocimiento. No fue necesario ir muy lejos. Ya teníamos la experiencia de las plantas (las factorías) en Asturias, la mayoría de la gente que trabajaba en ellas era de aquí y había muy buenos resultados. Para ser sincero, ese equipo superó con mucho las expectativas con un nivel muy elevado.
-¿Y cómo fueron aquellos inicios?
-Empezamos con un proyecto para centralizar las cuentas de clientes, un plan que implicaba procesar transacciones, contactos con bancos, con los negocios, con los otros grupos de finanzas... Y con dos países: Reino Unido y Holanda. Después de dos semanas de formación en Asturias, los seis miembros del equipo continuaron la formación en esos dos países y otras dos semanas después ya estaban en Asturias de nuevo desarrollando esa actividad. Así que, como ve, empezó muy rápido (ríe).
-¿Qué conserva este Centro Global de aquellos comienzos?
-Desde un principio, la diversidad y el género ha sido muy importante. He podido comprobar que la filosofía inicial continua. Aquí no hay diferencias de género, ni brecha salarial. La diversidad siempre fue muy importante. Es magnífico.
-¿El principal punto de fuerte de este centro de finanzas?
-Desde el principio ha sido una cantera de talento. Profesionales de este departamento han pasado por otros centros de Du Pont en el mundo, han demostrado su valía y eso ha dado una gran confianza a toda la dirección europea. No nos olvidemos que esto era un proyecto piloto que pasó a ser una cantera de talento para Du Pont.
-¿Sorprendido por lo que se ha encontrado en esta visita?
-¡Madre mía lo que se está haciendo aquí! Conozco Du Pont desde 1974 y el salto que ha dado este centro en los últimos diez años es enorme. Ha habido una evolución impresionante tanto en cantidad como en calidad. Este es un centro de excelencia y sus trabajadores son lo más importante, porque también la gente es lo más relevante para Du Pont.
