El Registro Mercantil publicó el pasado 4 de agosto que Daniel García Becerril había sido nombrado liquidador de la empresa Cartera de Inversiones Melca (En Liquidación) unos días antes: el 25 de julio. "Lo que en los tres meses siguientes tenía que hacer era realizar un inventario de las propiedades del grupo y un balance contable posterior. Esos dos informes tenían que haber estado listos el martes y, a fecha de hoy, dos de los socios de la compañía -mi hijo Miguel y yo- no los tenemos. Están incumpliendo la ley de sociedades", señaló ayer a este diario José Luis García Arias, el fundador del grupo, de cuya dirección fue defenestrado en mayo por una alianza de dos de sus hijos -el propio Daniel García y Elena, y la madre de ambos, Isabel Becerril-.

García Arias ha presentado un requerimiento notarial a los nuevos gestores de la compañía. "Lo que dice la ley tiene carácter imperativo y ahí siguen, una semana después, sin notificarme nada", se lamentó el veterano empresario, que encabezó un holding empresarial diversificado en sectores tan heterogéneos como el turístico, la investigación, la industria auxiliar o la construcción.

La ley que rige las liquidaciones de las empresas es la de Sociedades de Capital. "Tienen que vender los activos de Cartera de Inversiones, pagar a los acreedores y distribuir lo sobrante, si lo hubiere, entre los socios", apuntó García Arias. "De todo esto tiene que informar a los propietarios de la compañía. No lo ha hecho", añadió el fundador del grupo.

"No han convocado una junta de accionistas al objeto de aprobar las operaciones que haya realizado en estos tres meses, que desconocemos: no nos ha dicho nada. No nos ha entregado el inventario ni tampoco el balance de las sociedades", continuó García Arias.

El conglomerado que controla la empresa Cartera de Inversiones Melca (En Liquidación) está compuesto por una decena larga de sociedades mercantiles "que se tienen que vender", explicó García Arias. "Y se tienen que vender porque eso es lo que se hace en un proceso de liquidación, que es lo que decidieron emprender los nuevos gestores de la compañía", subrayó. "No se pueden realizar operaciones o actuaciones que no se orienten al fin liquidativo y extintivo de la sociedad. Esto quiere decir que no puede participar directa o indirectamente en contratos de cualquier naturaleza, salvo el de la venta de los activos. Ni revitalizar, ni nada. Todo se tiene que vender y el dinero tiene que ir a proveedores y, después, a nosotros, los socios", subrayó García Arias.

La consecuencia principal de la liquidación es, pues, el cierre de las empresas. Actualmente, Melca cuenta en España con 150 trabajadores. También tiene empleados en Cuba y en Perú, que son dos mercados en los que había invertido recientemente.