"Si eres español, pero trabajas en el extranjero, no tienes derecho al voto", se lamenta David Martínez, que es avilesino y profesor de Español y de Inglés en una universidad de la provincia china de Zhejiang, no lejos de Shanghai. Martínez no pudo votar en las últimas elecciones, las del 26 de junio. Los papeles para poder ejercer su derecho de sufragio, asegura, le llegaron la semana pasada a su domicilio. "Esto me parece una vergüenza total y absoluta, algo muy injusto y una gran decepción y frustración como español que tuvo que salir de su país a buscarse las castañas porque en mi país es empresa imposible conseguir un trabajo decente en mi especialidad", relata el docente, licenciado en Filología Española y con una larga experiencia profesional en Asia: de Malasia a Hong Kong y de Singapur a China, que es el país en el que desarrolla su labor desde hace algunos años.

Martínez pretendía participar en los comicios del 26 de junio, pero el papeleo "infernal", dice, se lo impidió. "Solicité la documentación para poder votar por correo en mayo, o incluso en abril, no recuerdo bien. La burocracia española, lejos de facilitarnos las cosas a los emigrantes, nos lo hace muy difícil, por no decir imposible. Dichos papeles sólo se pueden pedir por correo ordinario, en vez de por internet, como en los países más avanzados", relata. "Imprimí todos los papeles que se piden en la página web correspondiente y envié la carta a mi circunscripción electoral en Asturias, repito, por correo postal, pagando religiosamente el envío internacional, certificado y urgente. Esperé y desesperé y, como suponía, la documentación no llegó a tiempo y no pude votar...", añade el avilesino, que dice sentirse estafado por un sistema que se olvida de los que se ganan la vida más allá de las fronteras nacionales.

"Lo peor, sin embargo, no fue eso. Lo peor fue que los papeles de marras me llegaron la semana pasada", señala. "Resulta que el sobre con las papeletas tiene matasellos del 24 de junio, cuando había que votar el 26... Cuatro meses después de pedirlos, los tengo", se indigna. Y se indigna más porque confiesa que su situación no es singular. "Conozco casos similares al mío y me gustaría denunciar tamaña injusticia, a ver si las autoridades competentes hacen algo al respecto", apunta.

Únicamente 150.000 españoles residentes en el extranjero -de los casi dos millones que están inscritos en el censo electoral de residentes ausentes (CERA)- participaron en las elecciones generales del pasado 26 de junio. Esto supone, según el Instituto Nacional de Estadística (INE), que únicamente el 8 por ciento del total de los emigrantes votaron, o lo que es lo mismo, que el 92 por ciento de los mayores de edad que trabajan fuera del país no eligieron a sus candidatos. Uno de ellos fue el profesor avilesino que ahora denuncia su condición como víctima de la burocracia electoral.