El juicio contra el corverano N. G. F. por abusar de sus sobrinas y violar a una de ellas quedó ayer visto para sentencia después de que el Ministerio Público mantuviese su petición de veinte años de cárcel, mientras que la defensa, a cargo de la letrada Ana Trapiella, pidió la libre absolución, al considerar que los hechos denunciados no se produjeron. N. G. F. negó todo de forma vehemente. "Yo no hice nada, es todo una venganza de mi hermana que quería echarme de casa", aseguró ayer, antes de la vista, celebrada en la sección segunda de la Audiencia Provincial de Oviedo.

El acusado explicó que vivía con su hermana y con las dos hijas de ésta. "Mi hermana tenía ganas de que me fuera, quería echarme de casa, estaba cansada de que viviera allí, como no trabajaba y eso...", justificó N. G. F. para explicar las denuncias. El Ministerio Público mantuvo su petición después de escuchar a los peritos psicólogos, dos por cada una de las víctimas, quienes dieron credibilidad a la denuncia presentada por las sobrinas, sobre todo a la mayor de ellas, nacida en 1996, que dice haber sufrido abusos desde que tenía seis años hasta que cumplió los doce, momento en el que presuntamente fue violada por su tío. Según esta joven, el acusado la lanzó sobre una cama y, a pesar de que ella ofreció resistencia, la obligó a mantener relaciones sexuales completas.

Los psicólogos dan menos credibilidad a la sobrina más joven, que dice haber sufrido tocamientos por parte de su tío desde que tenía cinco años y hasta que cumplió los siete. Hay que tener en cuenta que la denuncia no se interpuso hasta el año 2014, aunque los últimos episodios se habrían producido en 2008. Y es que la mayor de las víctimas no denunció hasta que cumplió la mayoría de edad.

Trastorno psicótico

Por otro lado, dos forenses del Instituto de Medicina Legal de Asturias acreditaron en la vista de ayer que el acusado sufre un trastorno psicótico, concretamente esquizofrénico, aunque según ellos no habría influido sobre su voluntad en el momento de cometer los presuntos delitos que se le atribuyen, motivo por el que el Ministerio Público mantiene su petición de condena.

El juicio de ayer en Oviedo se desarrolló a puerta cerrada, con el fin de preservar la integridad de las víctimas. Éstas prestaron declaración en la sala de audiencia protegidas por un biombo, para evitar cualquier contacto visual con su supuesto agresor.

El fiscal considera que, respecto a la sobrina mayor, deben imponerse al acusado 14 años de prisión por un delito agresión sexual continuada. Además, solicita que se prohiba a N. G. F. aproximarse a su sobrina a menos de 500 metros y comunicarse con ella por cualquier medio durante 10 años. En el caso de la sobrina menor, el Ministerio Público solicita una condena de 6 años de prisión, y también la prohibición de acercarse a menos de 500 metros y comunicarse con ella por cualquier medio durante 8 años.

Además, la Fiscalía solicita que se condene al procesado al pago de las costas procesales y al abono de una indemnización de 10.000 euros a su sobrina mayor y de 4.000 euros a la menor, más los correspondientes intereses legales. La vista del juicio iba a celebrarse el pasado mes de julio, pero fue suspendida al cambiar el acusado de abogado. La nueva letrada pidió entonces un tiempo para preparar el caso. Ahora, una vez celebrada la vista en la Audiencia, la sentencia llegará en unas dos semanas.