El párroco de Versalles, Alfonso Abel Vázquez, recibió ayer una paliza en el templo tras la misa dominical por la que tuvo que ser atendido en el hospital San Agustín. El sacerdote, también a cargo de las parroquias de La Carriona y La Magdalena, ha presentado una denuncia contra varios integrantes del anterior coro parroquial, algunos de ellos miembros del Coro Magfnificat, que se presentó el viernes pasado en la iglesia vieja de Sabugo.

"Estoy convencido de que lo tenían todo orquestado", ha señalado la víctima de la agresión. Los hechos que ha denunciado se produjeron cerca de las dos de la tarde de ayer, nada más concluir la misa dominical en la parroquia de Cristo Rey. "Nada más acabar la Eucaristía me encontré a varios integrantes del coro hablando por el micrófono, provocando un ambiente violento, y diciendo mentiras sobre mí. Les pedí que se bajasen (del púlpito) y acto seguido uno me agarró por el cuello, otro por la chaqueta y me empezaron a zarandear. De pronto me vi rodeado por un grupo de unas diez personas, ya no sabía ni de donde me venían los golpes", ha explicado la víctima.

Varios fieles que permanecían en la parroquia auxiliaron a Alfonso Abel Vázquez, que acto seguido contactó con la Policía Nacional y acudió al hospital para tratar sus heridas, donde le diagnosticaron una contractura cervical y hematomas por todo el cuerpo. "Gracias a Dios podré seguir atendiendo las parroquias. Las cosas no van a quedar así, iré a los tribunales. Y esta gente del coro se hacen llamar cristianos", ha añadido el párroco.

Alfonso Abel Vázquez insiste en que la agresión "estaba preparada". Y es que según su relato, los integrantes del Coro Juvenil de Cristo Rey (parte de ellos ahora en Magnificat) sostienen que el párroco de Versalles les ha echado de la parroquia. "Yo no echo a nadie, les dije que si querían podían seguir cantando, pero no como coro parroquial. Y decidieron no hacerlo. Es una pena que haya que padecer este tipo de violencia", concluyó el sacerdote.