El Marino pasará más tiempo en Candás que en Luanco. La razón es que su campo de entrenamiento, en las instalaciones deportivas de Balbín, no está apto para la práctica del deporte porque los futbolistas sufren continuas lesiones a cuenta de la dureza del terreno. "Es como jugar sobre una superficie de una carretera", expresa Adolfo Pulgar, entrenador del conjunto gozoniego. "Hay estudios que advierten de que ese tipo de campos afectan a las lesiones por ligamentos cruzados", añade. Ahora, el club de la capital municipal entrena en el campo de hierba sintética carreñano que está anexo a La Mata y al polideportivo de Candás.

Para el técnico azulón, la discusión entre reparar las instalaciones deportivas o no repararlas -una cuestión que lleva casi una década en el candelero en el concejo- no existe. Es evidente que el campo necesita una reforma, pero para Pulgar, también algo más. "Hace falta conciencia", dice. "Mientras yo sea entrenador no entrenaremos en Balbín en días intensos", destaca el entrenador marinista, mientras daba órdenes desde la banda al partidillo del entrenamiento de ayer por la mañana.

Desde 2008 hasta la actualidad, el Marino ha entrenado en tres concejos. Empezó alternando entre Roces (Gijón) y Tabiella (Valliniello, Avilés), todo ello para no pisar Balbín. "A Balbín solo vamos los lunes con el entrenamiento regenerativo -tras el partido del fin de semana- y los sábados con el preparativo, que son sesiones tranquilas", añade Pulgar. Desde 2013, el club se trasladó durante los martes y miércoles al Tragamón, en Gijón, donde cada mes tenía que abonar unos 1.000 euros de media por ejercitarse y por el traslado de los materiales.

"El campo de hierba sintética de Candás es más blando, tiene la hierba menos gastada, es mucho mejor", indica Pulgar, que desea una pronta solución para el complejo deportivo de Balbín para no tener la necesidad de trasladarse a otro municipio, aunque sean cuatro kilómetros. La esperada reforma del campo tendrá que esperar a que Gozón se recomponga de su delicada situación económica. Eso sí, por el momento, el Marino seguirá en Candás.