"Deberíamos de estar mucho más orgullosos del patrimonio natural de la comarca, vivimos en un lugar privilegiado. Pero también deberíamos de tener la noción de la responsabilidad de conservarlo y de mantenerlo". Estas palabras de David García, portavoz del colectivo Mavea, son un buen resumen de las dos horas de diálogo sobre el medio ambiente que ayer propició el Club de LA NUEVA ESPAÑA de Avilés en el marco de la celebración del 25.º aniversario de la edición local del periódico. El Museo Marítimo de Luanco fue el escenario de la puesta en común de ideas e inquietudes en la que participaron, junto al mencionado García, Javier Cristobo, director del Instituto Oceanográfico de Gijón y experto en el cañón de Avilés; Tomás Emilio Díaz, decano de la Facultad de Biología de la Universidad de Oviedo; Manuel Taibo, responsable de seguridad de la Federación de Montaña; y Agustín García, presidente de la asociación de vecinos "Enlaze" de Laviana.

Los cinco ponentes destacaron la riqueza natural de los concejos que componen la comarca, y las amenazas que la acechan, tanto por la industria como por la falta de concienciación medioambiental, la inacción de las administraciones y también por las imprevisibles consecuencias del cambio climático. "Espero que 'Asturias, paraíso natural' no sólo sea un eslogan sino que forme parte de un cambio de mentalidad, que sea un estilo de vida", reclamó Manuel Taibo. Y en esa línea todos los participantes animaron a preservar los ecosistemas, ya que si desaparecen de nada servirá intentar proteger de forma individual a los animales o plantas que los habitan. "Es necesaria educación ambiental, pero no sólo para los niños, sino para toda la población", añadió David García.

Y es que las amenazas a un patrimonio tan rico son múltiples, tal y como detalló el portavoz de Mavea. "Falta cultura de entender que el medio ambiente es el lugar en el que vivimos. Hay otros problemas adicionales de los saneamientos, vertidos, plantas invasoras, contaminación del aire, de las aguas y del suelo". Sin embargo su mensaje fue optimista. "Si una comarca que ha sido conocida por la contaminación fuera capaz de darle de verdad la vuelta a la tortilla y cambiar el enfoque repercutiría en mejorar la calidad de vida, en tener otro tipo de actividad, otro modo de vida más sano y saludable", indicó.

Y materia prima hay para ello, con una riqueza en potencia escasamente explotada. Manuel Taibo hizo un recorrido por las joyas de la comarca: "La ruta del Cabo Peñas es el ejemplo de lo que todos buscamos en un sendero de costa. Tiene playas, complejos dunares, avistamiento de avifauna, de cetáceos, elementos geológicos, arquitectura e incluso arquitectura industrial". San Juan y Cabo Negro son dos referentes para la escalada, la Costa Norte es otra senda litoral apta para el senderismo, la bicicleta, la marcha nórdica y la escalada, y el mayor arenal de Asturias, el playón de Bayas, se utiliza incluso para entrenar esquí de fondo. "En el interior tenemos que mirar para el Gorfolí, un espacio polideportivo al aire libre desde hace muchos años, y todo el complejo de la sierra de Bufarán, donde todavía es posible ver fauna salvaje", enumeró Taibo.

De una riqueza más oculta habló Javier Cristobo, como experto en el cañón de Avilés. "No es sólo un cañón, es un sistema de cañones que vierten a una especie de llanura abisal de cerca de 5.000 metros de profundidad", explicó. La riqueza de este ecosistema que tiene más de 40 kilómetros es fundamental para la pesca. "Muchas especies de las que depende la riqueza de la pesca de nuestras costas van a criar al cañón, porque están protegidas de sus depredadores", añadió. Y defendió figuras de protección que permitan compatibilizar la práctica pesquera con la protección de esta riqueza y de este patrimonio natural que no se ve, pero que está a escasa distancia de la costa.

Tomás Emilio Díaz alertó sobre la alarmante merma de los sistemas dunares, que están protegidos dentro de la Red Natura 2000. "En Verdicio, de 1957 a 2014, se ha constatado una reducción de los sistemas dunares de 130.000 metros cuadrados a 20.000 metros cuadrados, una reducción del 60 por ciento. La mayor fue debida a la construcción de los chalés, pero a partir de ese momento también hubo regresiones tremendas de las dunas primarias por ciclogénesis", dijo. Como experto en plantas invasoras se refirió a la amenaza que causan las 165 especies de este tipo catalogadas en Asturias, de las que 86 son "muy peligrosas". "Si tenemos que poner la medalla de la peligrosidad, se la lleva el plumero de la Pampa, añadió". El profesor hizo una defensa cerrada de la educación ambiental. "No hay vuelta de hoja, si no hay educación desde los críos, esto no tiene futuro. Tenemos que conseguir que nuestros niños empiecen a valorar dónde están y para qué tenemos estos ecosistemas", remató.

Como portavoz de los "privilegiados sufridores de un monumento natural" se presentó Agustín García, quien puso el acento sobre la falta de mantenimiento y la escasa operatividad de las administraciones a la hora de resolver los problemas. El ejemplo palmario fue en 2014, cuando se inundó Zeluán por una acumulación de arena y la Autoridad Portuaria de Avilés, la Consejería de Agroganadería y Costas se fueron pasando la pelota de forma circular. No obstante, García subrayó que no sólo son las administraciones las que fallan. "En la playa de Xagó pusieron papeleras y pasarela, y desaparecieron, también los baños. Si voy a la playa puedo traer las colillas para casa, y también la basura si la papelera está llena. Pero en Xagó la gente deja la basura en la playa. Eso ya no es falta de educación ambiental, es de educación general", subrayó.

El alcalde de Gozón, Jorge Suárez, que hizo de anfitrión del acto, recogió el guante de la necesidad de mejoras de las playas de Gozón. "Vamos a ir en esa línea, lo que pedimos es que nos ayudéis a mantenerlo", remató.