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ALBERTO ÁLVAREZ ÁLVAREZ | "PROJECT MANAGER", EXPERTO EN MERCADOTECNIA Y EMBAJADOR DE MOTORES DE NEGOCIO DE GOOGLE

Diseño por descarte, apuesta de futuro

El avilesino, medalla de oro al Mérito en el Trabajo, llegó a la publicidad animado por Vicente Santarúa, que le empujó a estudiar en la Escuela de Arte

Alberto Álvarez Álvarez, ayer, en el parque del Muelle. MARA VILLAMUZA

Un empujón y la vida cambia de planes. Le pasó a Alberto Álvarez Álvarez (Avilés, 1968) cuando tenia catorce o quince años. "Estudiaba en el Instituto de Salinas. Había que elegir una de esas asignaturas 'maría'. Había tres: Electricidad, Manualidades y Diseño Gráfico. No me llevo bien con los cables y para las manualidades... Así que, por descarte, me metí en Diseño Gráfico. No tenía ni idea de qué era aquello", señala este "project manager", experto en marketing y, desde hace no mucho, embajador de motores de negocio de Google. Es, también, medalla de oro al Mérito en el Trabajo otorgada por la Asociación Europea de Economía y Competitividad.

El profesor que dio un empujón a Álvarez fue Vicente Santarúa, uno de los artistas asturianos más preclaros del momento (es el autor de la escultura del entrenador Preciado, por ejemplo). "Al final de curso me dijo que había visto mi evolución en su asignatura y en las otras. Me recomendó que dejara el BUP, que pasara al proyecto piloto. Y después me fui a Oviedo, a la Escuela de Artes. Allí estudié cuatro años Gráfica Publicitaria", resume con agradecimiento.

Pasaron los años y pasó la experiencia y todo aquello devino en sorpresa. La mayor de ellas: su nombramiento como embajador de motores de negocio de Google.

-¿Y eso qué es?

Y lo que es es una especie de "testador" de novedades de la multinacional más rentable del mundo. "A finales de 2014 la empresa empezó a buscar en Europa profesionales y empresas relacionadas con las nuevas tecnologías y la inteligencia artificial. Querían aprovechar la revolución de las pymes. Nos convocan periódicamente, generalmente, en Dublín. Nos presentan un producto y nos piden la opinión. Ellos dicen que somos la guinda del pastel".

O sea, "nos presentan el mundo futuro". Y lo que viene en el futuro es extraordinario: "Las búsquedas en el móvil han superado ya a que se hacen en los PC en los Estados Unidos. Eso quiere decir que en España esto sucederá en dos años y en tres o cuatro, en Portugal", dice el publicista que, antes de establecerse por su cuenta, trabajó en una imprenta familiar, en la agencia Bitácora y en varias empresas de alta envergadura.

"Empecé como diseñador y el tiempo me condujo al marketing. Mis estudios son de diseño, el resto lo aprendí trabajando. Cuando empecé, no existían las herramientas que ahora podemos analizar. Lo que buscamos en Google, por ejemplo, dice mucho de nosotros mismos. Ese es el futuro: hay que tener en cuenta lo que viene para seguir progresando", reconoce Álvarez, que trabaja de manera independiente, aunque asociado a una marca-paraguas: Admiria. Tiene en cartera una colaboración con el Parque Tecnológico de Avilés. "El día 25 organizamos un clinic (charlas) sobre marketing e imagen de marca. Lo que queremos explicar son los pasos a dar sin necesidad de intermediarios. Hablamos de neuromarketing u analítica creativa...". Pero no sólo se queda ahí. En nada llevará lo aprendido durante años a las once comarcas asturianas adscritas al plan Reader. "Me satisface mucho esto porque vamos a explicar cómo levantar pymes y micropymes. No es cosa sólo de hacer más o menos publicidad. Hay que saber analizar los datos que tenemos en la red".

Por un empujón de un profesor con perspectiva de futuro, cambió el futuro de un adolescente perdido en el mar propio de su edad. "Nadie en casa se dedica a esto. Mi padre trabajaba en el Puerto y mi madre tenía un negocio en Piedras Blancas", apunta. Hace tiempo que se ha especializado en campañas de empresas del sector de la alimentación. Por una de sus campañas Google llamó a su puerta virtual, la que abre el porvenir, a la vuelta de la esquina.

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