El estado de conservación de la variante avilesina "es penoso", a juicio de los conductores que cada día transitan por la ronda. Aunque no es un caso único -entre 2005 y 2015 la conservación de la red viaria estatal ha pasado del aprobado "por los pelos" al deficiente-, cada vez son más las voces que exigen la mejora de esta vía abierta al tráfico hace ya dos décadas y en la que perdieron la vida más de medio centenar de personas en este tiempo. Los usuarios reclaman mejoras en el pavimento, salpicado de baches sobre todo en las inmediaciones de salidas conflictivas por su peligrosidad, como la que da acceso a la rotonda de Vegarrozadas. Reclaman también iluminación, más ahora que los jabalíes corren a sus anchas por la ronda avilesina, según los conductores afectados. En los últimos días se han producido al menos dos accidentes por la presencia de especies cinegéticas en la calzada.

La iluminación de la vía fue precisamente una de las medidas adoptadas por Tráfico en su día con el objetivo de reducir la siniestralidad, pero desde hace varios meses las farolas permanecen apagadas. La escasez de iluminación tampoco es un problema que atañe solo a la ronda avilesina. Según el informe sobre "Necesidades de Inversión en Conservación" desarrollado por la Asociación Española de la Carretera (AEC) solo el 11 por ciento de las luminarias en funcionamiento registran rangos adecuados de iluminación, lo que repercute en la seguridad del tráfico.

"En verano las cosas parece que se ven de otra manera, aunque hay que tener la misma precaución al volante que en invierno. Pero ahora que anochece pronto y es frecuente conducir con lluvia y niebla las farolas de la variante deberían estar encendidas sí o sí", manifiesta un conductor profesional. La circunvalación avilesina ha pasado de ser la única vía de comunicación entre la cornisa cantábrica con Galicia a ser utilizada, básicamente, por conductores de la comarca. De ahí que algunos de los siniestros se achaquen a un exceso de confianza por parte de los conductores.

Algunos usuarios proponen también rebajar la velocidad en toda la ronda avilesina. Actualmente las señales limitan la velocidad a cien kilómetros por hora y existe doble línea continua, por lo que están prohibidos los adelantamientos en todo el trazado. Los conductores reclaman que se limite a ochenta kilómetros por hora como estuvo hasta 2007, cuando la variante lideraba el ranking del número de accidentes mortales por kilómetro cuadrado. "Esta actuación es necesaria hasta que se realicen obras de mejora, sobre todo el encendido de todas las luminarias", coinciden conductores consultados.

La variante de Avilés carece sin embargo de "puntos negros" a día de hoy, según un estudio elaborado por Automovilistas Europeos Asociados (AEA). Durante años la ronda ostentó este nefasto título ligado a la peligrosidad de las carreteras concretamente en el punto kilométrico 98,700, a la altura del viaducto de La Magdalena y donde se produjeron varios accidentes mortales. La Dirección General de Tráfico (DGT) define por su parte como "puntos negros" los emplazamientos en los que se han registrado tres o más accidentes con víctimas, con una separación máxima entre uno y otro de cien metros. Es por esto que la variante avilesina ha perdido la dramática etiqueta.

Pero en la ronda no hay margen para el error: la vía carece de espacio suficiente para realizar maniobras de urgencia por un descuido y el "volantazo" pocas veces sale bien. La variante cuenta con pequeños arcenes en ocasiones invadidos por argayos y varios viaductos. Ambos factores dificultan la circulación especialmente por la noche.