El nuevo ramal ferroviario que permitirá a los trenes de vía ancha circular por los nuevos muelles de la margen derecha de la ría se encuentra en vía muerta. Problemas de integración de los sistemas tecnológicos de esta conexión ferroviaria mantienen en el aire el remate del proyecto pese a que la obra civil finalizó ya a principios de año. Desde entonces, la Autoridad Portuaria y la empresa adjudicataria de la obra negocian cómo resolver el imprevisto. A día de hoy siguen sin llegar a un acuerdo y el Puerto comunicará en el último consejo de administración del año, el que se celebrará en diciembre, si finalmente habrá que rescindir el contrato inicial, que dado el bloqueo de la negociación parece la opción más probable.
Lo que falta acometer es la integración de los sistemas de seguridad y circulación ferroviaria en las instalaciones de Arcelor-Mittal. Según explicaron en su día fuentes portuarias, surgieron problemas en la integración de los nuevos sistemas tecnológicos con los preexistentes que imposibilitan ejecutar alguna de las partidas contratadas. Así que para rematar el proyecto hay que estudiar de nuevo la instalación de los sistemas de telemando y enclavamiento, que deben estar integrados en los de Arcelor-Mittal.
Este imprevisto, como ya publicó este periódico, obliga a modificar el contrato y al consiguiente encarecimiento del proyecto, unos cambios que según la normativa no pueden superar en coste el 10% del precio de adjudicación, que fue de 2,6 millones de euros (suma a la que hay que añadir el Impuesto sobre el Valor Añadido). Es decir, los trabajos pendientes no pueden superar los 300.000 euros para poder continuar con el proyecto mediante una modificación del contrato. En el Puerto estiman que esos trabajos pendientes rondan los 200.000 euros, una cifra con la que no parece estar conforme la empresa adjudicataria. Si esos cambios encarecen el contrato en más de 300.000 euros habrá que rescindir el contrato inicial y sacarlo de nuevo a licitación, lo que ralentizará aún más la puesta en servicio definitiva de esta infraestructura, llamada a agilizar los tráficos portuarios de la margen derecha.
El plan para dotar los nuevos muelles de Valliniello de accesos ferroviarios pasó el visto bueno del consejo de administración de la Autoridad Portuaria el 29 de abril de 2014. Ocho meses después, se aprobaron las condiciones de adquisición, por mutuo acuerdo, de sendas parcelas propiedad de Arcelor-Mittal y del Parque Empresarial Principado de Asturias (PEPA). El consejo portuario adjudicó la obra en junio del año pasado a la unión temporal de empresas Tecsa-Dragados por un presupuesto de 2,6 millones (sin IVA). Esta infraestructura viene a completar el desarrollo portuario en la margen derecha de la ría. Los actuales muelles de Valliniello son el fruto de dos ampliaciones sucesivas que se realizaron entre 2008 y 2014, y que tuvieron un coste total superior a los 75 millones de euros.
