La Red Europea de Lucha contra la Pobreza (EAPN) alertó ayer de que la pobreza no se puede quedar en "un titular ligado a la privación energética con la llegada del frío". "Lamentablemente el fallecimiento de una persona mayor ha intensificado aún más un debate que consideramos desenfocado y parcial: de nuevo nos remitimos a las consecuencias, no a las causas que las generan", añadió. Este es parte del texto de la resolución aprobada en la asamblea general ordinaria de esta organización, que se celebró en Avilés la semana pasada.

Esta plataforma de asociaciones exigió, en el documento que resume el trabajo realizado en la ciudad durante los últimos días, "un pacto de Estado contra la pobreza que implique a diversos agentes y ubique este tema en la centralidad de la agenda política, económica y social". En definitiva, afirmó la entidad en el informe de conclusiones del congreso, se trata de "justicia, de derechos sociales que deben incorporarse en la Constitución con las mayores garantías y acompañarse de políticas eficaces, valientes y decididas".

Ese llamamiento que hace la EAPN a las administraciones tiene el objetivo de que "nadie viva en situación de pobreza y exclusión" y de tener una sociedad "basada en la justicia social, la solidaridad y la convivencia, que avance sin dejar a nadie tirado en la cuneta", después de una dura crisis económica que ha generado nuevos nichos de pobreza.

Según el informe "El Estado de la Pobreza 2016", elaborado por esta entidad, más de 13 millones de personas se encuentran en situación de pobreza o exclusión en España; y de ellos, tres millones padecen privación material considerada como "severa". La EAPN asegura en el informe que hizo público ayer que España es hoy "un Estado más desigual, con más pobreza y exclusión social que al inicio de la crisis". También destaca que, aunque el paro ha descendido, este problema que afecta a muchos trabajadores se mantiene con tasas "mucho más altas que las medias europeas": un 19,8 por ciento. Y sube hasta el 43,9 por ciento entres los jóvenes, lo que supone el doble que la media europea.