"Huí corriendo de la Policía porque había bebido y, en Irak, si la Policía encuentra a alguien borracho o con un cuchillo va a la cárcel y sufre tortura". Con estas palabras traducidas por dos intérpretes defendió ayer su inocencia el iraquí O. A. M., un joven refugiado en Avilés que ayer se sentó en el banquillo de los acusados como supuesto autor de un robo con fuerza en un bar de la calle Las Alas. Declaró a preguntas del Ministerio Público que no intentó robar en dicho establecimiento y que el cuchillo que portaba cuando le detuvieron los agentes de la Policía Nacional de Avilés a principios de este mes lo acababa de recoger en un contenedor.

"Salgo cada noche a rebuscar en la basura. Aquel día había bebido unos dos litros de vino. Volvía a mi casa cuando me encontré con la policía cerca de ese bar. Me hicieron preguntas, no contesté porque no entendía el idioma y me pegaron", reconoció ante el juez este joven, que manifestó estar consumiendo dos pastillas al día como consecuencia de un trastorno adaptativo con estado de ánimo depresivo. Su abogada, Carmen Fernández Rodríguez, solicitó la libre absolución de su cliente argumentando que "no existen pruebas de cargo suficientes". De no ser absuelto, la letrada abogó por que se tenga en cuenta la exención de la responsabilidad criminal y las atenuantes de consumo de alcohol y fármacos.

El Ministerio Fiscal, entre tanto, mantuvo la petición de nueve meses de cárcel para O. A. M. tras escuchar la declaración del propietario del bar afectado -sufrió daños en la puerta, una verja y un cristal- y tres de los cuatro agentes que participaron en la detención. Los agentes reconocieron que cuando llegaron al lugar de los hechos advertidos por una vecina de la zona encontraron a O. A. M. "manipulando la verja". El caso quedó visto para sentencia.