L. V. L. O. se sentó en el banquillo de los acusados dos veces a lo largo de la mañana de ayer. A eso de las nueve y media declaró como autor de un delito de violencia de género por quebrantar una orden de alejamiento de su pareja el 15 de noviembre y a eso de la una regresó ante el juez del Penal número 2 por infringir el mismo fallo judicial unos días antes. A ambas vistas acudió esposado. ¿La razón? El miércoles por la noche se aproximó de nuevo a su compañera, por lo que esta mañana está previsto que pase por el Juzgado de Avilés de nuevo como imputado. En total, tres visitas al magistrado en menos de 24 horas.

El presunto agresor explicó que, de mayo a septiembre de este año, estuvo preso. Una vez en libertad, regresó junto a su pareja, con consentimiento de esta, pese a existir una orden de alejamiento. "Tras cumplir condena pensé que la orden de alejamiento ya no estaba en vigor. Ella me dijo que podía ir para casa tranquilo", declaró. Pero el 8 de noviembre, los agentes de la Policía Local encargados de la protección de la supuesta víctima descubrieron a la mujer subiéndose a un coche rojo conducido por L. V. L. O. en el cruce de la calle de La Cámara con la Muralla. Entonces el supuesto agresor fue detenido.

La mujer reconoció que, por aquella fecha, habían retomado su relación sentimental ahora terminada. En este sentido, la defensa de L. V. L. O., representada por la letrada Covadonga Fernández Iglesias, argumentó que ella actuó voluntariamente y pidió la libre absolución de su defendido. El Ministerio Fiscal mantuvo la petición de un año de cárcel -anteriormente ambas partes habían acordado nueve meses de prisión para L. V. L. O.- esgrimiendo que el acusado "conoce la mecánica de los procedimientos penales por lo que no cabe error en la lectura de la orden de alejamiento". Hoy L. V. L. O. volverá al Juzgado por aproximarse el miércoles a su pareja, quien confesó haber retirado varias denuncias en los últimos meses.