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Albertín y el gato

El extraño comportamiento de un niño que imitaba los zarpazos de "Batman", su mascota gatuna

Esta semana la autora de los cuentos de Ratonchi visitó a los alumnos del Centro de Educación Especial de San Cristóbal, que demostraron saber muchísimo de un personaje que les sirve como herramienta para aprender distintas destrezas educativas. Incluso recorrieron Avilés en busca de Ratonchi e hicieron una ruta por los lugares de la aventura. ¡Fantásticos!

La bruja Peladilla nos cuenta más cosas sobre Albertín, pero últimamente está pasando algo muy importante en la ciudad... Hace algunos días que Peladilla no veía a Ratonchi y se había preocupado... ¡Pero ahora sabemos por qué! En los próximos días, Ratonchi estará en las estanterías de las librerías de Avilés, para que los Reyes Magos puedan llevar el nuevo cuento a todos los niños y niñas que se porten bien.

Ahora, sentaos y leed tranquilamente este nuevo episodio de las aventuras de Albertín.

Alberto es amante de los animales, como debe de ser. Vive con su gato, llamado "Batman" (el minino ya estaba antes de que naciese el niño). La vida de "Batman" era muy tranquila en su casa hasta la llegada del "terremoto" Alberto. Entre ellos tienen una extraña forma de comunicarse. Alberto le deja sus juguetes sin ningún tipo de problema. Hay veces que el gatito va a dormir, y se encuentra en su zona con todo tipo de detalles que Alberto le ha dejado: un trozo de pan, una pelota, pinzas de la ropa, un tractor, un grano de arroz que encontró por el suelo, un boli...

Por lo general, "Batman" tiene bastante paciencia con él, pues es un gato muy bueno. Hasta que un día se cansó. Alberto fue donde estaba el gato y comenzó a jugar con su tractor de juguete sobre los lomos del animal, una y otra vez. El gato permanecía inmóvil hasta que se agotó su paciencia, levantó su pata y le dio un zarpazo en toda la cara. El pequeño se quedó totalmente paralizado. El gato le había dado una bofetada. Alberto cogió su tractor, se levantó y, de la manera más solemne, se marchó.

Al día siguiente, una señora por la calle, con el objetivo de jugar y hacer hablar al niño, le preguntó "¿Cómo hace el gatito?" Alberto miró muy serio a la señora, levantó su mano y se dio a sí mismo una tremenda bofetada.

-¡Nooooo! -gritaba la señora- ¡No te pegues cariño!, el gatito hace "miau".

Al día siguiente, su abuela le interrogó sobre ¿cómo hace el perro, el pajarito, la vaca, la oveja..? Y llegó a la pregunta clave: "¿Cómo hace el gatito?" Y Alberto hizo exactamente lo mismo: con su mano, se arreó un bofetón en toda la cara.

-¡Pero qué hace este niño! ¿Por qué se pega? -preguntó asombrada su abuela.

En ese momento su mamá lo entendió todo, el gato le pegó y cada vez que la gente le pregunta cómo hace el gatito, en lugar de decir "miau", repite el bofetón que le asestó "Batman". Su madre cree que no sería la primera vez que le atizaba y el gato tiene muuuuucha paciencia.

Os espero aquí el próximo miércoles, será un cuento muy especial y estoy segura que os gustará. Mientras tanto, tenéis que ser buenos porque los Reyes Magos están cada vez más cerca, ¡Ah! Y cuidado con las brujas Picotera y Apestosa, no sé por qué presiento que volverán a hacer de las suyas muy pronto.

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