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Un referente de la actividad sanitaria

El aumento de los pacientes lleva al Hospital de Día al límite de su capacidad

El jefe del servicio de Hematología plantea una ampliación de horario y personal para poder cumplir con la administración de tratamientos biológicos

Por la izquierda, Laura Castellano, Maribel Rocha, Ana López, Mónica Álvarez, Ángel Ordóñez e Isabel Menéndez. RICARDO SOLÍS

Anselmo Menéndez -en la foto, con la enfermera Isabel Menéndez- es uno de los pacientes del Hospital de Día. "Tengo un tratamiento de quimioterapia, quimio pura por vena", explica. En casa tendrá que administrarse la continuación del tratamiento, con cuatro pastillas, una por día. "Voy muy bien. Estuve de montaña el fin de semana...". El Hospital de Día le permite la libertad de acudir sólo para el tratamiento cada mes, y a las tres a casa.

Recibir cuidados médicos en el hospital, pero sin quedar hospitalizado. Esa es la definición que mejor podría explicar lo que significa el Hospital de Día, un recurso que en el San Agustín de Avilés cada vez cuenta con más demanda. Bajo ese nombre genérico, en el centro sanitario avilesino funcionan dos servicios diferentes: el Hospital de Día Quirúrgico, ubicado al lado de los quirófanos y que se emplea para intervenciones ambulatorias o menores, como la de cataratas; y el Hematológico, Oncológico y Médico, en el sótano menos uno. El jefe del servicio de Hematología, Ángel González Ordóñez, es quien dirige la actividad hematológica de este último, y advierte: "Al haber más demanda, se nos está saturando. La población envejece y tenemos muchas patologías, además de multitud de nuevas líneas de medicamentos. El aumento gradual de pacientes implica un aumento exponencial de controles y tratamientos". Ampliar el horario de apertura a las tardes e incrementar el personal sería la forma de poder seguir creciendo, expone el doctor.

"Aquí tratamos a enfermos hematológicos que no precisan ingreso", explica el doctor Ordóñez. El servicio ha ido creciendo con los años. Primero tenían un espacio más pequeño en planta, ahora disponen de mayor desahogo pero aún así ya comienzan también los problemas derivados del constante incremento de pacientes, y los usuarios se quejan de otras deficiencias, como la falta de climatización en la sala de espera para los familiares. Sin embargo, el aparcamiento propio justo al lado de la entrada es una de las grandes ventajas de este espacio.

El responsable del servicio advierte: "El Hospital de Día ya se está saturando, se queda pequeño". Dispone de veinte puestos para atender a los pacientes, y cada uno está el tiempo que precisa para el tratamiento. La rotación es alta, pueden pasar tres personas por puesto cada mañana, pero aun así hay momentos de saturación. "El tiempo de atención no está tasado como una consulta, y los procesos a veces se alargan", señala el doctor Ordóñez. La demanda cada vez es mayor, entre otras cosas porque cada vez existen más tratamientos que se tienen que administrar en el hospital. Originariamente las tareas que se realizaban en el Hospital de Día eran, fundamentalmente, transfusiones, quimioterapia y sangrías. Esta actividad continúa. Sin embargo, ahora se suman un buen número de tratamientos, muchas veces biológicos, con fármacos muy específicos (contra dianas biológicas específicas) en los que es necesario vigilar al paciente ya que pueden tener reacciones muy severas y no se pueden administrar ni siquiera en un centro de salud. "Están surgiendo muchos tratamientos biológicos, muy eficaces, que evitan el ingreso del paciente", añade el responsable del servicio de Hematología.

Al Hospital de Día acuden los pacientes a realizar tratamientos de quimioterapia para leucemias, linfomas, mielomas... con terapias que pueden ser semanales, quincenales o mensuales. "Hay gente que viene todas las semanas", apunta Ángel Ordóñez. Tal es así que a lo largo del año el Hospital de Día registra 3.800 asistencias sólo de Hematología, con un número de pacientes que oscila entre los 300 y los 400. Y si se suman el resto de especialidades del Hospital de Día, la cifra ronda los mil. Los enfermos pueden llegar a ir hasta 40 veces por año, en función de la gravedad de la dolencia y el tipo de tratamiento pautado.

El día a día de este servicio recae sobre varios especialistas (especialmente hematólogos y oncólogos) y de forma destacada, sobre el equipo de enfermeras. "Tienen un trabajo esforzado y muy exigente, reciben órdenes terapéuticas complejas de diversos especialistas y despliegan una enorme labor de forma muy eficiente, no siempre suficientemente reconocida" destaca el doctor Ordóñez. De ellas depende la mejora de las técnicas de infusión, el control de los ritmos de goteo, el conocimiento de los requisitos técnicos de cada producto. "Trabajamos con varias docenas de productos distintos que además están cambiando muy rápido. Tenemos tratamientos de segunda, tercera y cuarta línea (para rescatar pacientes que recaen) cada vez más sofisticados, y eso obliga a un reciclaje continuo".

Ofrecer a un paciente uno de estos tratamientos requiere además conocer las novedades y plantear a cada enfermo el fármaco que mejor se ajuste a su patología y a sus características clínicas, para que reciba el visto bueno de la Comisión de Uso Racional de Medicamentos del Principado. Y es que hay tratamientos que pueden llegar a costar 100.000 euros al año para un solo paciente. "A veces nos dejamos llevar por el entusiasmo, no vemos llegar el final, proponemos algún medicamento para un paciente determinado y nos lo rechazan", reconoce el doctor Ordóñez. Además de los propios pacientes de Oncología y Hematología, el Hospital de Día también administra tratamientos biológicos para enfermedades reumatológicas, inmunológicas, digestivas o del aparato respiratorio... Una cartera completa que explica la saturación alcanzada.

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