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Cacas de perro de camuflaje

Usuarios de playas y paseos denuncian la "moda" de embolsar excrementos de animales y almacenarlos en lugares públicos

Cacas de perro de camuflaje

Cacas de perro pulcramente envueltas en bolsas de plástico de diversos colores. Este es el regalo con el que algunos dueños de canes de la comarca obsequian a sus convecinos y al entorno por el que pasean. Esta "moda", que irrita desde hace meses a usuarios de las playas y paseos, consiste en recoger los excrementos del animal -tal y como obligan las ordenanzas-, guardarlos en una bolsa y, como quien no quiere la cosa, dejarlos en algún recodo del camino, quizá camuflado entre unas piedras, o en un oportuno hoyo situado al lado del camino; a ser posible donde haya otros. Y todo por no hacer el esfuerzo de depositar las deposiciones perrunas en una papelera.

El problema, afirman los afectados por esta práctica, es que al estar enmascarados los excrementos en el envoltorio plástico tardan mucho en degradarse. "Algo que desaparecería en dos días por descomposición natural se convierte en una auténtica bomba para el medio ambiente que tardará en descomponerse muchos años", critica un usuario habitual de la playa de Salinas, cuya escollera, con los oportunos recovecos entre las piedras, se ha convertido en uno de los escondrijos para camuflar las heces. "Y todo por no caminar 20 metros hasta la papelera más cercana, queda claro lo cerda que es la gente. Lo hacen para fastidiar", añade este vecino.

Sin embargo, la playa de Salinas no es el único escenario de esta práctica de camuflaje, cuyas intenciones últimas se desconocen. Otros puntos de la comarca son empleados para embolsar las defecaciones caninas, aunque existe un número razonable de papeleras en el entorno. Así, por ejemplo, los usuarios del paseo de la ría de Avilés aseguran que es habitual ver los envoltorios en huecos cerca del puente de la Arteria del Puerto. Y también en el camino paralelo a la calle Fuero se realiza esta práctica.

El debate por el incumplimiento de las ordenanzas municipales de Medio Ambiente y de uso y aprovechamiento de las playas es habitual. Y no falta incluso quien, como una esteticista ovetense, harta de los propietarios de perros que no recogen sus excrementos, colocó un cartel advirtiendo: "Cuidado, cerdos sueltos". En Castrillón dejar las cacas en la calle está considerado una falta leve.

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