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Avilés "descongela" el dinero que dedica a teatro, el estandarte de la cultura local

Después de un lustro de contención, el PSOE propone aumentar un 10% la partida para contratar funciones, aún muy lejos de los años dorados

El Palacio Valdés, abarrotado el pasado mes de octubre para ver la obra "Tierra del Fuego". RICARDO SOLÍS

La partida presupuestaria que el Ayuntamiento de Avilés planea para el teatro del próximo año es dos tercios menor a la que reservó hace una década, antes de que se manifestara la crisis. "Y pese a todo, el teatro sigue blindado en Avilés", apunta la concejala de Cultura, Yolanda Alonso. Desde 2012, el dinero público para programar teatro en el municipio está congelado y, aún así, la posición que Avilés ha conseguido en el mundo escénico nacional sólo ha hecho que consolidarse. "Si por algo es conocida Avilés en España es por su apoyo a las artes escénicas", sentencia Alonso. Para apoyar esta tesis, la concejala explica que su plan para 2017 es incrementar la partida un 10 por ciento. La congelación presupuestaria del teatro toca a su fin pasando la asignación anual de 220.000 a 242.000 euros. "Es poco dinero más, lo admito, pero también es cierto que emprendemos el ascenso", comenta Alonso.

La programación que el teatro Palacio Valdés comparte con el Niemeyer en el primer trimestre está compuesta de siete espectáculos; uno de ellos, de David Serrano, estreno nacional. Lo que sucede es que en 2007 el dinero que el Ayuntamiento invertía en teatro era infinitamente superior al que invierte ahora (alrededor de 700.000 euros). La caída es evidente en los espectáculos más caros y, al tiempo, con menor respuesta de público (óperas y conciertos de orquestas sinfónicas). Los años de ocho filarmónicas han pasado a la historia. Y también los de las óperas y ballets (sólo se ha programado uno en 2016: esta Navidad). El ciclo Música en Escena no es ni la sombra de lo que fue.

"Hace cinco años emprendimos un trabajo de colaboración mutua con el Centro Niemeyer. Fruto de él es el ciclo Escena Avilés", señala Alonso. El Ayuntamiento y la fundación del Niemeyer organizan un programa de teatro que se presenta de manera conjunta y se factura de manera independiente. Este ciclo es un ejemplo "único en España" de colaboración entre dos administraciones culturales que actúan en un mismo ámbito territorial. "Lo normal es pisar callos", asegura Alonso.

En Avilés se trabaja de manera coordinada. Se venden abonos (algo más de 300) y el dinero de esa venta se reparte entre las dos instituciones en función de sus calendarios escénicos. Lo que se venda a mayores es para una u otra institución. Es decir, los abonados avilesinos acudirán el sábado que viene al Niemeyer, que programa "El pintor de batallas"; las entradas vendidas por encima de las reservas previas pasarán a engrosar la partida de ingresos del complejo cultural. "Así es como se puede seguir programando en Avilés", resume la edil.

Los recortes en la programación teatral empezaron en 2008 y la partida se congeló casi desde 2012, el año de la segunda reforma del Palacio Valdés (el odeón tuvo que estar cerrado cerca de medio año). Sin embargo, se habilitó el teatro de Los Canapés para el ciclo "Teatro Off" y unas Jornadas de Agosto que se vieron en el barrio de Versalles. A partir de ese momento -y hasta la puesta en marcha del Niemeyer-, el Ayuntamiento recortó programación, generalmente musical.

El fruto de la colaboración mutua entre las dos instituciones ha hecho posible ver a Kevin Spacey transformado en Ricardo III; a Stephen Dillane en Próspero o a los célebres directores de escena Daniel Veronese o Claudio Tolcachir dar sus últimos retoques a sus producciones en Avilés. "Nunca hemos renunciado al teatro, a su programación de calidad; somos un referente nacional", sentencia la responsable de la política cultural de Avilés. Y este año próximo, menos, que es el de las bodas de plata de la reinauguración del odeón de Manuel del Busto.

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