La conexión ferroviaria de la margen derecha de la ría acumulará como poco casi dos años de retraso con respecto a los plazos iniciales por los problemas para instalar unos sistemas tecnológicos y para garantizar la seguridad del transporte a su paso por las instalaciones de Arcelor-Mittal. La obra civil ya está concluida desde junio y los responsables de la Autoridad Portuaria y las empresas adjudicatarias de los trabajos intentaron durante todo este periodo, sin éxito, solventar las trabas administrativas que impedían ejecutar los cambios necesarios. Una de las opciones era la modificación del proyecto, pero las mejoras requeridas superaban más del 10 por ciento del coste de adjudicación, que fue de 2,6 millones de euros (sin IVA), y eso es contrario a la normativa.

Por ese motivo, el consejo de Administración de la Autoridad Portuaria acordó ayer iniciar el proceso para rescindir el contrato con la UTE contratista (Tecsa y Dragados), que confía en que sea de manera "amistosa", y proceder a redactar un nuevo proyecto para la seguridad y comunicaciones ferroviarias, que aún no tiene un presupuesto asignado. El plazo previsto para todo este proceso es incierto, ya que todo dependerá de las negociaciones con las empresas para acabar con el contrato y la posterior licitación y adjudicación del nuevo. Algunas voces calculan que todo se podría alargar unos nueve meses.

Esta infraestructura viene a completar el desarrollo portuario en la margen derecha de la ría. Los actuales muelles de Valliniello son el fruto de dos ampliaciones sucesivas que se realizaron entre 2008 y 2014, y que tuvieron un coste total de más de 75 millones de euros. Los operadores disponen en esta zona de una explanada de 169.000 metros cuadrados, la que se conectará por ferrocarril.

"La obra civil ya está terminada y la conexión del muelle con la red ferroviaria es una realidad. Un tren ya podría circular por allí con un hombre a pie de máquina para hacer los cambios de aguja", explicaron fuentes portuarias. El consejo de administración del puerto también aprobó retirar la concesión del bar de la vieja rula a la Cofradía de Pescadores "Virgen de las Mareas" y otorgársela a la comunidad de bienes "Bar restaurante la Vieja Rula", que también la había solicitado, al igual que la cofradía. Según la Autoridad Portuaria, la oferta de la comunidad de bienes es "más beneficiosa" ya que se basa "en un modelo de explotación directa por personas con experiencia acreditada". Estos se comprometen, además, a ejecutar una serie de inversiones para la mejora de las instalaciones, como hacerlas accesibles para personas con problemas de movilidad o dotarlas de aire acondicionado. La concesión se da por un plazo de cuatro años, a partir del 1 de enero de 2017.

"Virgen de las Mareas" advirtió a los vecinos del barrio del Nodo que de producirse esa noticia, estaría abocada a subir el precio de los alquileres a viudas, jubilados y marineros en activo para poder garantizar la supervivencia de la entidad. La pérdida de ese contrato supone la pérdida de unos 100.000 euros en concepto de ingresos.

Lo que sí mantiene la Cofradía de Pescadores es la concesión de la primera planta de la antigua lonja avilesina, donde tiene las oficinas y la sede de la institución. El periodo es de cuatro años.

Fábrica de hielo

Por otro lado, los miembros del consejo de administración aceptaron ayer una petición de la sociedad "Nueva Rula de Avilés", que quiere renunciar a la ocupación y explotación de la antigua fábrica de hielo, que ardió hace unos meses. Cuando la concesión vuelva al Puerto, el próximo 1 de enero, se redactará un proyecto para proceder a su derribo. La previsión es, a continuación, limpiar la parcela y realizar un reordenamiento de los muelles.