La gripe afecta ya con fuerza a la comarca avilesina. La incidencia en Asturias, explica el doctor Ignacio Pérez Candás, es de 437,1 casos por cada cien mil habitantes, según recoge el boletín epidemiológico, y la mayor parte de los afectados son menores de 15 años. Esto supone el doble que la semana anterior. "Ya estamos en fase epidémica", apunta el experto. La gripe que ataca este año es el H3N2 del virus influenza A, es decir, el no pandémico, el habitual. Y hasta ahora sólo se produjeron dos aislamientos de casos del virus pandémico. Candás hace un llamamiento a la tranquilidad y a la sensatez, sobre todo cuando se trata la gripe en la infancia, ya que no es preocupante y no se debe sobremedicar.

En el mapa epidemiológico de España, apunta el doctor, la situación es de lo más diversa y, sin embargo, donde más casos se registran es en Asturias, "en la zona central", destaca el especialista de Pediatría en el centro de salud de Sabugo. Otra singularidad de la gripe es que este año no llega, como es habitual, después de una epidemia de bronquiolitis sino que se ha adelantado. "Esperamos que la fase epidémica de la gripe empiece a bajar y a finales de enero ya estemos fuera", señala Candás. La ventaja, añade, es la menor incidencia de la bronquiolitis, que es potencialmente más peligrosa. Como el contagio está directamente ligado a la incidencia en la población escolar, la mera llegada de las vacaciones escolares podría suponer un descenso de los casos, según expuso Ignacio Pérez Candás.

"La medida preventiva más eficaz es la inmunización anual, con vacunas para ciertos grupos de población considerados de alto riesgo de complicaciones asociadas a gripe", recomienda el doctor. Entre estos grupos de riesgo están los enfermos crónicos, asmáticos, diabéticos... "Sus posibilidades de complicación son más importantes", dice. Para los niños, en general, la gripe no es algo preocupante, aunque en algunos casos puede acabar derivando en otros problemas mayores, como la otitis o neumonías, así como crisis en los asmáticos.

Ahora bien, lo que Candás recomienda con vehemencia es que las familias no se asusten cuando llegue la fiebre a los niños. "La fiebre cura. Los padres y los profesionales tenemos que cambiar de chip y dar a la fiebre la importancia que tiene". El pediatra aseguró que sí es conveniente tratar el malestar para que el niño no sufra, pero dejar la fiebre, mientras no sea excesiva. "La fiebre, y también la tos, son dos mecanismos del organismo para defenderse de la enfermedad. En el caso de la tos, sirve para dilatar el bronquio, no se debe de quitar salvo que pongas un bronquiodilatardor. Y la tos productiva es para limpiar las flemas. Con la tos seca está archiprobado que no hay mejor remedio que la miel", indica.

Es importante, eso sí, evitar la deshidratación, y controlar la fiebre para que no dure más de cuatro o cinco días. También puede ser preocupante la presencia de fatiga. "Aliviar el dolor, está bien; para eso tenemos los analgésicos. Siempre hay que mirar la ficha técnica, la dosis adecuada. Y mantener el medicamento lejos del alcance del menor", aconseja. Y es que a veces el sabor dulce que tienen es una tentación.

Los padres, afirma el pediatra, son en general muy competentes para manejar con calma estos cuadros de gripe, y lo fundamental es "mantener la calma, no tener miedo a la fiebre ni a la enfermedad, que es banal, y si se va a complicar, el caso de la otitis es señal de alarma". En el caso de que se produzca una neumonía o un broncoespasmo es fácil de identificar, porque además de la tos llega entonces la dificultad de respirar.

"Si los profesionales empezamos a transmitir seguridad en cuanto a la fiebre y la tos, que son mecanismos defensivos, haremos así un gran bien a la población infantil. Tenemos que recordar lo que hacían las abuelas y bisabuelas. Si no lo que parece que son avances puede volverse contra uno mismo", concluye el pediatra.