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Balance del servicio de Maternidad del Hospital San Agustín

El bache demográfico pasa factura a los nacimientos en la comarca, apenas 900

El descenso de la natalidad, menor que en el resto de Asturias, va parejo al aumento de la media de edad de las madres, que ya llega a los 32 años

Carlos Pérez y la matrona Arancha Muñoz Mancisidor. M. VILLAMUZA

El área sanitaria avilesina cerrará el año con unos 900 nacimientos en su haber, lo que supone un nuevo descenso en el número de recién nacidos. "Llevábamos más de una década con unos 1.000 nacimientos anuales, pero en estos últimos tres años hemos bajado, aunque tampoco excesivamente", explicó el jefe del servicio de Ginecología del Hospital Universitario San Agustín, Carlos Pérez. Y añadió que el descenso es más profundo en el conjunto de Asturias que en Avilés. En 1976, cuando abrió el San Agustín, el número de nacimientos anuales era de 2.000, más del doble de los actuales.

Y si el descenso de la natalidad es una de las tendencias que se afianzan con los datos del balance de 2016, la otra es el retraso del momento de tener el primer hijo. En Asturias es, según Pérez, todavía más acusado ese retraso que en el resto de España. Y si la media estatal de las mujeres cuando tienen su primer hijo es de 31 años, en Asturias supera los 32. "Hasta hace poco la media era de 27-28 años", apuntó Carlos Pérez.

No obstante, el jefe de Ginecología aclaró que no se considera problemático ningún embarazo simplemente por la edad de la madre. "Tenemos partos de mujeres de 42, 43, 44 años? sin ningún problema", aseguró. Entre las razones del progresivo aumento de la edad de las parturientas están las circunstancias económicas y laborales. "Es un hecho generalizado", remachó Pérez.

En cuanto al porcentaje de cesáreas, desde hace un lustro se mantiene en el 15 por ciento del total de partos, una cifra que Carlos Pérez calificó de "muy razonable". Años atrás, uno de cada cuatro partos era por cesárea, y ahora se ha reducido siguiendo las recomendaciones de las autoridades sanitarias. "La cesárea no deja de ser una intervención con cierto riesgo para la mujer, supone abrir el abdomen, y no es un método natural. Sólo es adecuado para los casos extremos", indicó el doctor. La Organización Mundial de la Salud recomienda entre el 10 y el 15 por ciento de cesáreas.

El número de complicaciones en los partos hospitalarios es muy bajo. "Hay algunas hemorragias posparto? Lo que me preocupa más, aunque no es muy generalizado, es la tendencia de algunas gestantes de querer parir en casa". El doctor Pérez explicó las razones de esa preocupación: "Aunque es residual el porcentaje, este año ha habido alguna complicación de hemorragias severas que han necesitado transfusión e incluso ingresaron en shock hemorrágico. Nosotros, eso, lo entendemos mal".

Y es que, según destacó el doctor, el Hospital Universitario San Agustín ofrece a las parturientas no sólo todos los medios necesarios, sino también una atención personalizada y humanizada, y se permite también la compañía de una persona durante la dilatación. "Además, en otras maternidades la dilatación se hace en una estancia y después se traslada a la parturienta al paritorio, lo cual es mucho más incómodo. Aquí todo el proceso se hace en la misma cama". Junto a esta ventaja está el hecho de que las habitaciones de maternidad son individuales, algo que no ocurre en otros hospitales. "La rotación es alta y eso lo permite. El trato que ofrece el hospital es muchísimo mejor que el que se puede tener en el domicilio", subrayó Carlos Pérez.

En cambio, abundó, intentar un parto en casa puede poner en riesgo la salud de la mujer y también la del bebé. "Prácticamente el cien por ciento de las mujeres embarazadas se controlan en el hospital, pero tendrían que ser cero las que no lo hacen.

Las encuestas de satisfacción a las madres demuestran que el San Agustín es un buen sitio para dar a luz. "Un 95 por ciento dicen que volverían a parir o recomendarían parir en este hospital", destacó el doctor.

El objetivo para 2017 es mantener las cifras de partos. Y es que para el servicio es importante no bajar de los 600 partos anuales para mantener la agilidad de la atención. Eso es lo que permite que los mecanismos automáticos que se activan ante una emergencia estén "engrasados".

Y lo que Carlos Pérez también desea es un aumento en la plantilla de Ginecología. "En el servicio éramos 16, y ahora, por los recortes, somos uno menos. Y eso no se nota en la actividad quirúrgica ni obstétrica, pero sí en el dinamismo de las consultas externas, por eso vemos un poco de atraso y merma de agilidad", reconoció.

Completar la plantilla, añadió el doctor, permitiría que la lista de espera no superara los 2-3 meses, cuando ahora es del doble, un retraso que se ha ido acumulando en estos cuatro años. "Como la revisión ginecológica se hace a muchas mujeres sanas, éstas son las que están más retrasadas, mientras que lo que es patológico se ve dentro del mes o en dos meses de plazo como mucho", concluyó.

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