Pepita Pérez Alonso murió ayer, tras meses enferma, a los 89 años. La histórica comerciante impulsó cinco negocios de moda con su nombre de pila, repartidos entre Avilés, Gijón y Oviedo. "Era una persona con carácter, como debe ser una empresaria, pero de gran corazón y muy trabajadora", manifestó ayer, abatido, su hijo, Ángel Martín. La emprendedora recibirá cristiana sepultura esta tarde, a las 16.00 horas, en la iglesia parroquial de San Nicolás de Bari.

La empresaria, nacida en Oviedo aunque criada en Avilés, empezó en la plaza de abastos, en un local por el que pagaba 1.500 pesetas, en 1957. Actualmente, sus negocios de la ciudad están en la plaza de España y en la calle Alfonso VII. "Tuve lleno desde el primer día y tenía que poner hasta una mesa fuera del establecimiento para poder atender al público", relataba Pepita Pérez en una entrevista publicada en 1998 en la revista de la Unión de Comerciantes de Avilés y Comarca (Ucayc), que aquel año entregó al establecimiento Pepita Tallas Especiales el premio a la trayectoria profesional. "Hace años que ya no estaba asociada a la Ucayc, pero su trayectoria y su expansión comercial fuera de Avilés hacen de ella una figura excepcional y un verdadero referente para el comercio de proximidad, tanto en Avilés como en Asturias", manifestó ayer el portavoz de los comerciantes avilesinos, Javier Reig.

"Cuando abrí la primera tienda no le puse nombre, pero todo el mundo decía 'vamos a casa Pepita' y así se quedó", recordaba entonces esta empresaria, que ayer dejó huérfano al comercio local y regional. En Avilés, además de las tiendas de talles especiales lideró otros negocios, como Trusó, en la plaza de abastos; o Brianson, en la calle de La Fruta. Aunque lo que le dio fama realmente fueron las tallas grandes. Pepita Pérez fue la primera y durante años la única en España que trabajó esta especialidad.

A los negocios, especialmente textiles, dedicó esta mujer que llegó a Avilés con cinco años toda su vida. Era poco amiga de las fiestas y de los eventos sociales, y prefería ver pasar las horas desde su tienda, al margen de los focos. No obstante, el premio que le concedió la Ucayc le llegó al corazón. Entonces dijo estar "agradecidísima al pueblo de Avilés". Ayer los negocios de Pepita vestían de luto.