La luz protagonizó la noche más mágica del año. Los malabares y danzas del grupo francés "Les Ombres Branches" iluminaron el recorrido de los Magos de Oriente por las calles avilesinas en una cabalgata en la que los sprays volvieron a estar presentes pesa a la prohibición de la organización, que extremó las medidas de seguridad. "¿Que no se pueden traer sprays? Pues no teníamos ni idea", comentaba un padre bote en mano justo en el momento en el que un coche de la policía local cubierto de espuma abría el desfile real a su paso por José Cueto.

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Melchor, Gaspar y Baltasar llegaron con puntualidad inglesa y a bordo de "La Rechalda". En el pantalán les aguardaba el pequeño Martín García, al cuello de su tía Cristina González. "Mira Martín, nunca los vimos tan cerca", le animaba ella mientras el pequeño miraba con recelo a los personajes más esperados del año.

Visiblemente emocionado se mostró el rey Melchor, sorprendido por la muchedumbre que esperaba su llegada pese al aire gélido que soplaba ayer a media tarde en la ría. "Yo quiero que me traigas un patín", dijo al rey de barba blanca el pequeño Rafa Sánchez Pérez, de dos años y medio, en cuanto tuvo delante al mago de Oriente. Como cada año, Damián Sánchez acudió al puerto deportivo para entregar en mano su carta a los Reyes. Esta vez fue Gaspar el que recogió la misiva, justo cuando iba a subirse ya al coche que lo adentraría en el corazón de la ciudad.

Entre confeti, caramelos y churros esperaron Olga Martínez y Mar Prieto en pandilla y junto a sus hijos al séquito real en la calle José Cueto, su punto de encuentro cada 5 de enero. "A los Reyes les pido tres cosas: el edificio loco loco barriguitas, la autocaravana de playmobil y la fábrica zombie", explicaba la pequeña Cristina García Prieto, de siete años, mientras su madre Mar daba saltos al divisar a lo lejos la primera carroza: "Como puedes comprobar, los padres somos peores que los niños". Y así se demostró en la plaza de La Merced, donde algunos mayores protestaron al ver como otros superaban los límites establecidos por la policía para acercar a sus pequeños a las carrozas reales. "Cada vez van más adelante y al final se van a meter los niños bajo las ruedas", criticó una mujer.

La de ayer fue la primera cabalgata para la pequeña avilesina Carla Sánchez, que cumplirá un año en días, y Alicia Villabrille podrá presumir ahora de las amistades regias de su abuelo. "Mira Alicia, ese es amigo mío", decía un orgulloso Jesús Sánchez a su nieta cuando Melchor hizo acto de presencia en su carroza por el centro de Avilés.

Niños, padres, tíos y abuelos disfrutaron con el desfile real integrado por cerca de 300 figurantes que partió del Colegio Público El Quirinal y que discurrió sin contratiempos por el centro de la ciudad. Este año se extremaron las medidas de seguridad por los atentados de Berlín y la Policía Local instaló paneles portátiles de plástico rellenos de agua para impedir el acceso de vehículos no autorizados a zonas de gran afluencia, como la avenida Conde de Guadalhorce.

Melchor, Gaspar y Baltasar surcaron las calles sobre las carrozas que diseñaron los artistas Pepe Espiña, Gonzalo de la Cera y Anselmo Valle. Les acompañaron bailarinas del centro de danza Teresa Tessier, caraterizadas como cartas a los Reyes Magos, danzarinas árabes de la Academia Nayda, integrantes del Club Gimnástico Versalles y de la Escuela Gimnástica Valoe, la Asocieación de Africanos de Asturias, el Club Patín Virgen de La Luz y la Banda de Música de Avilés.

Pero quienes se llevaron los mayores aplausos fueron los zancudos y malabaristas de "Les Ombres Branches", que con sus alas blancas y vaporosas alas iluminadas dejaron boquiabierta a la multitud que tomó las calles para recibir a los Magos de Oriente, que se dirigieron a los avilesinos desde el balcón del Ayuntamiento. "Avilesinos, es siempre tan cálido, emocionante y original vuestro recibimiento que hemos de confesaros nuestra especial debilidad por vuestra ciudad. Aquí tenemos la ocasión de navegar por la ría y este año, además, ninguno nos hemos mareado", aseveró Melchor, que felicitó a los pequeños por su buen comportamiento en este último año. "Hemos comentado lo bonita que está Avilés desde que os esforzáis en hacerla habitable y sana, hay que insistir en ello. Pero si bonito es vuestro pueblo por fuera, sabemos que aún lo es más por dentro", se dirigió el Mago al público que abarrotó la plaza de España en la noche más mágica del año. "Y ahora a cenar y a la cama", recordaron Gaspar y Baltasar a los más pequeños, los verdaderos protagonistas de la magia de Reyes. Con spray incluido.