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Las cartas de Avilés y Comarca

Gracias, don Luis

El lunes 5 de septiembre has cumplido 87 años, qué pocos sacerdotes hay a tu altura. Treinta años en El Pito de Cudillero y 32 de párroco en Cangas de Onís. Pateaste por todas las montañas asturianas como nadie para decir la Santa Misa en los pueblos más remotos donde sólo iban los sacerdotes de verdad, porque ahora pocos van y muchos quedan sin oír la misa dominical porque el cura no llega y eso ahora que todos tienen su coche particular.

Te jubilaron con casi 85 años, cuando estás demostrando que todavía das cuarenta vueltas a muchos sacerdotes activos que dan pena y dolor, y lo único que hacen es poner zancadillas a los pocos feligreses que quedamos, por eso cada vez hay menos jóvenes en las iglesias, sobre todo en ciertas parroquias, y hay que preguntarse: ¿Quién tiene la culpa? La respuesta es clara y no quiero profundizar más.

Amigo mío Luis Álvarez Suárez, presidente de honor de la Hermandad que presido, el Cristo de la Verdad y la Vida, junto con Antonio Sabino y Alberto Rendueles. Fuiste, eres y siempre serás un gran sacerdote que no tenían que haber jubilado, cosa que yo nunca estuve de acuerdo con esta decisión porque tú sí que vales.

Gran amigo, como no podía ser de otra manera, de mi admirado y tan querido para mí don Carlos Osoro Sierra, el cual tuviste el honor de recibir cuando eras Arcipreste de Covadonga a los píes de la Santina en el año 2002. Cuando me lo cuentas sé que fue un honor para tí recibir a este admirado arzobispo, tan querido en todos los sitios que ha estado, salvo alguna oveja negra que siempre hay. Lo lamentable es que algunos sean sacerdotes, por llamarlos de alguna manera.

Gracias, don Luis por todo, como te dicen en toda Asturias cuando me llevas por ahí y veo ese cariño que te tienen como un gran sacerdote que eres. Un fuerte abrazo amigo mío. Siempre a tu lado.

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