La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

La farmacia avilesina que controla el sida alcanza el medio centenar de pruebas

El análisis, anónimo, ofrece un resultado en 20 minutos

Un leve pinchazo en el dedo y veinte minutos de espera. Este es el único trámite necesario para hacerse un análisis confidencial sobre el VIH. La farmacia María José Simal García, en la calle Llano Ponte 48, es la única de la comarca avilesina seleccionada para este programa pionero que implantó en otoño el Gobierno regional. Por las manos de Marifrán Simal y Trinidad Barrio, que son quienes se encargan de hacer las pruebas, ya han pasado medio centenar de yemas, correspondientes a otras tantas personas inquietas por su salud. En prácticamente todos los casos, hasta ahora, el diagnóstico ha sido negativo.

"Creemos que este programa es un éxito y sirve para lo que quería la Consejería: garantizar la accesibilidad", explican las responsables del programa. Este plan ofrece el anonimato que un centro de salud no puede dar, pues no hay ni que facilitar el nombre. El análisis queda registrado sólo con un código de solicitud. "Cada vez que entra alguien, le digo mi nombre, pero no les pido el suyo", explica Simal.

En su opinión, la ciudadanía tendría que concienciarse de lo importante que es hacer esta prueba. "La incidencia del virus es importante, y con este análisis se puede intentar que no se transmita y que se pare la cadena en el portador", afirma. Está abierto a todos los interesados, mayores de 16 años.

La prueba, indica Simal, tiene dos posibles resultados: positivos (que debe complementarse con más pruebas) y negativo. Eso sí, es imprescindible realizar el test un mínimo de tres meses después de la última relación de riesgo. "Hoy tener el VIH no tiene nada que ver con lo que era en la década de los 80, cuando estabas abocado a un futuro muy malo porque no había manera de combatirlo. Ahora, sí", asegura la farmacéutica.

Ella realiza el pinchazo y después manda a los usuarios a tomarse una tila, hasta que esté el resultado. "Vienen personas de todo tipo, unas con vidas complicadas y otras con vidas estables", explica. El grupo más numeroso de personas que se hacen la prueba tiene entre 25 y 35 años. "No vienen muchos más jóvenes, quizás porque antes de esa edad no se tiene conciencia del riesgo y se piensa que todo se soluciona con la píldora del día después, porque se le da más importancia al embarazo que a las enfermedades de transmisión sexual", añade.

Lo habitual es que quien llega a la farmacia a pedir la prueba tenga una sospecha de que pueda estar infectado. "Pero tendría que hacérsela todo el mundo, porque hay mucha gente que puede tener el VIH sin saberlo", dice la experta. Cuando las personas que se hacen el test regresan de tomarse la tila, nerviosos, reciben un sobre con el resultado, preservativos e información. "Como hasta ahora no he dado ningún positivo, gracias a Dios, todos me abrazan, alguno llora. Tienen la reacción de quitarse un peso de encima", indica.

Para la farmacéutica, sería positivo que este proyecto piloto se abra, dentro de un año, a todas las farmacias. "Es un servicio público importante y cumplimos, como parte del sistema sanitario que somos, un papel fundamental; una farmacia no es un negocio, es un servicio", subraya. La botica avilesina fue una de las que solicitó participar en el proyecto. El requisito era que hubiera al menos dos farmacéuticos y dispusiera de un sitio recogido para las pruebas. En toda Asturias, son diez las que han implantado este programa.

La incidencia del VIH no es problema, asegura, de que no funcionen los métodos anticonceptivos, sino de la práctica del "aquí te pillo, aquí te mato". "Son la mayoría de los casos, pero también vienen personas que tuvieron relaciones extramatrimoniales", añade Marifrán Simal. Según la especialista, está detectado que ha aumentado el número de portadores no detectados de la enfermedad. "Lo más importante es detener la transmisión", afirma.

La farmacéutica asegura que este servicio no es para hacer negocio ni aumentar la clientela. "El que viene del Quirinal no va a volver a comprar a esta farmacia. No es una forma de conseguir nuevos clientes", dice. El material de la prueba lo aporta el Principado y el cliente sólo tiene que costear los seis euros que cuesta el servicio.

Compartir el artículo

stats