No hay maldad, ni tampoco ironía. La conocida como asociación de vecinos de Jardín de Cantos, La Maruca y El Reblinco figura oficialmente en los estatutos elaborados en los años ochenta del pasado siglo como "El Charco" y sus actuales integrantes quieren recuperar esa denominación. La decisión nada tiene que ver con los baches que a veces forman balsas en el tramo de la vieja carretera nacional 632, a su paso por la zona. El origen del nombre de "El Charco" es dudoso, y ni los más viejos saben muy bien a qué se corresponde.

El colectivo que ahora dirige Sergio Sanzo quiere que la asociación se conozca por el nombre que popularizó Antonio Cabrera, pero el grupo no olvida su pasado. Por esta razón, en las papeletas que realizaron la pasada Navidad utilizaron el nombre oficial de la asociación: "El Charco". "Seguiremos usando el nombre más conocido, que es el de Jardín de Cantos. Pero el oficial está ahí, de eso no hay duda, y no le daremos la espalda", explica Sanzo. Su antecesor, Cabrera, aseguró desconocer también de dónde procede el nombre original de la agrupación.

"Cuando llegué a la asociación hace años ya me llamó la atención ese nombre. Lo que no hay duda es que quien lo puso se anticipó a los problemas del barrio: baches y charcos", afirma con humor el carismático dirigente vecinal, que estuvo durante casi dos décadas defendiendo los intereses de los vecinos. Ahora, le ha tomado el relevo un grupo joven con ganas de trabajar, y de hacerlo bien. Ayer, sin ir más lejos, Sanzo siguió de cerca las labores de limpieza de la maleza en el solar donde se asienta el antiguo centro social de Cristalería, actualmente propiedad del "banco malo".

"Ahora solo faltan que derriben el edificio, y la pelota está en el Ministerio. Por eso, ahora que por fin hay gobierno estable me gustaría que el PP de Avilés colaborara con nosotros para desbloquear este convenio", afirma el líder de Jardín de Cantos. También conocido como "El Charco".