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Hórreos que no pagan IBI en La Vallina

Los alumnos del colegio luanquín construyen cuatro decenas de edificaciones tradicionales en miniatura a base de material reciclado

Por la izquierda, Sara Alonso, Lucía Cabrera, David Fernández y Pedro Fernández, ayer, ante la exposición de hórreos hechos a base de material reciclado, en la biblioteca del colegio de La Vallina de Luanco. MARA VILLAMUZA

En Gozón, también existen hórreos y paneras que no pagan el IBI tras la polémica suscitada por el inicio del cobro de este impuesto a sus dueños. Son artesanales, en miniatura y están confeccionados por los alumnos del colegio de La Vallina y por sus padres. En total, unas cuatro decenas de edificaciones tradicionales elaboradas a base de envases y materiales reciclados que los "constructores" expusieron hasta ayer en la biblioteca del centro. En alguno de estos hórreos, los gusanitos hacen las veces de panoyas de maíz y los envases de yogures bebibles, las de pegollos.

Lucía Cabrera recopiló los corchos, que son la base de su obra, en el bar donde trabaja su padre Eduardo. Eso sí, a la hora de diseñar y construir el granero típico asturiano recibió la ayuda de su madre, Sonia Fernández. "También le puse calabaza y dos vacas", expresa la alumna luanquina, que describe además que en su vivienda, en Santolaya de Nembro, sí cuenta con una panera por la que sus familiares pagan el recibo de la contribución, un asunto que desde que salió a la luz no para de sumar polémicas. En este sentido, varias asociaciones vecinales y Foro Asturias han pedido bonificaciones para intentar paliar ese cobro por las edificaciones tradicionales e el municipio. La actividad en La Vallina cuenta con la colaboración de Cogersa y está enmarcada dentro del programa "Familias con clase" de la Red de Escuelas por el Reciclaje (RER). La coordinadora en el colegio de La Vallina es la maestra Soledad Sánchez.

David Fernández hizo su hórreo a base de cartón. Tardó entre tres y cuatro días en levantar la edificación tradicional apoyado por su madre María Ortube. "Yo tengo un hórreo en casa de mi abuela", expresó el pequeño. A su lado, Sofía Alonso también utilizó corchos para confeccionar su construcción. Utilizó silicona caliente para adosar las piezas y también cartón. Hubo otros pequeños constructores de graneros asturianos que también dibujó un trisquel en la puerta y otros como Pedro Fernández que utilizó cartón, papel de regalo y yogur de beber para los pegollos. "Los hórreos se usan para guardar las patatas, las cebollas, el maíz y también como trastero", relata Sofía Alonso, que también explica que sus abuelos guardan la cosecha en el interior de una de estas construcciones.

Tras confeccionar hórreos y paneras en el primer trimestre, los pequeños participarán en unas semanas en otra actividad vinculada con el reciclaje. En esta ocasión, el alumnado, explica la docente Soledad Sánchez, reutilizará ropa usada para darle otro uso. "Haremos cojines para poder sentarnos en el suelo durante los amagüestos entre otras actividades y también muñecos de trapo, entre otros", señala la maestra, que quiere implicar también a los padres y a los pequeños en otro proyecto en las fechas más próximas a Semana Santa con un taller de marañuelas. Sánchez ya ha comenzado a retirar los hórreos de la exposición, que ha servido para demostrar que no todos los hórreos y paneras de Gozón pagan el IBI.

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