Los conductores de la Compañía del Tranvía Eléctrico de Avilés (CTEA) no irán, por el momento, a la huelga. La asamblea de trabajadores decidió por unanimidad ayer a medianoche desistir de los paros hasta que se resuelva el recurso presentado por la empresa contra una sentencia europea que estipula que los empleados tienen que descansar media hora cada cuatro en una jornada de ocho. Y, si la jornada es de nueve horas, la parada de descanso debería ser de 45 minutos.

La crisis se abrió después de que, según la versión de los conductores, se plantearan recortes en su salario a través de reducciones en los festivos, al que niega la compañía. El comité teme que la firma no sólo les quiera quitar esos festivos sino que aproveche que tienen que hacer descansos durante la jornada laboral para retirarles también el plus por jornada continuada. "Hemos decidido esperar a que salga la sentencia para empezar las movilizaciones. No sabemos en qué sentido va a fallar el Tribunal Superior de Justicia de Asturias (TSJA). Así que en función de eso, actuaremos luego", explicaron ayer fuentes del comité de empresa de la CTEA.

La empresa, a través de un comunicado, negó el pasado fin de semana que se hayan planteado recortes salariales. "Existe un proceso negociador abierto entre la empresa y los representantes de los trabajadores para encontrar una fórmula razonable para cumplir la sentencia sin dañar las condiciones del servicio a los usuarios de Avilés y comarca", afirmó entonces la Compañía del Tranvía Eléctrico de Avilés. Sin embargo, el comité de empresa insiste en que la CTEA rompió un acuerdo "verbal", que incluía el mantenimiento de todas las condiciones laborales presentes.