Las pintadas anticlericales y la simbología feminista que "adornan" las paredes de las iglesias de San Nicolás de Bari y de San Antonio, conocida popularmente como de los Padres, desde la madrugada del domingo cosechó ayer indignación en todos los ámbitos de la ciudad: en los partidos políticos representados en el Ayuntamiento, en las asociaciones del movimiento vecinal y en representantes académicos. El Arzobispado de Oviedo, el propietario de los dos bienes patrimoniales dañados por el vandalismo, sin embargo, prefirió no opinar sobre el asunto.

Ana Bretón, concejala del Partido Popular en Avilés, calificó las pintadas "de falta de responsabilidad". Similar opinión mostró David Salcines, portavoz de Somos en el Consistorio. "Hacer pintadas en una iglesia gótica es un acto deleznable", afirmó el edil, secretario general de Podemos en la ciudad. La concejala de Izquierda Unida (IU) Carmen Conde fue tajante: "Esto es una burrada, quien lo ha hecho no nos representa". "Hay otros espacios para exponer una opinión", señaló, por su parte, Rufino Arrojo, el hermano mayor de la cofradía de Jesús de la Esperanza, que tiene su sede la iglesia de San Nicolás, uno de los dos históricos templos dañados.

Alfonso López Menéndez, el párroco de San Nicolás, desconocía ayer qué institución se hará responsable de la limpieza de las paredes históricas de los dos templos, que son bienes de interés cultural (BIC). Se da la circunstancia de que la iglesia de San Antonio estuvo sometida a una restauración generalizada en los últimos meses y hace unos años fue liberada de un convento de los años sesenta que estaba anexo al ábside del edificio más antiguo de Avilés. Precisamente en esa pared liberada se pintó: "La única iglesia que ilumina es la que arde".

La catedrática de Historia y cronista oficial de la villa, Josefa Sanz, cargó contra los autores de las pintadas. "No se trata de que hayan dañado un lugar sagrado, estamos hablando de que han dañado algo que es de todos nosotros: nuestro patrimonio", sentenció la profesora. Y la concejala de Cultura, Yolanda Alonso, se manifestó en el mismo sentido: "Esto es un acto vandálico sin precedentes". Joaquín García, el director de catequesis de San Nicolás, habló de "una gamberrada perpetrada por gente que no tiene conciencia de lo que es el patrimonio". "Lo que querían es hacer daño por hacerlo", añadió este fiel.

López Menéndez, el cura de San Nicolás, no valoró el contenido de las pintadas -una de ellas es un lema clásico del anarquismo decimonónico y la otra, que pide acabar con la Religión como asignatura obligatoria, una reivindicación de la Transición-. "El daño es ver cómo han dejado las dos iglesias", recalcó el párroco.

La edil de Cultura Yolanda Alonso añadió: "De ninguna manera se justifica que se dañe el patrimonio cultural". "Si querían decir o reivindicar algo, se les ha vuelto en su contra. Si no respetan el patrimonio, no se respetan a sí mismos", apuntó, por su parte, la cronista oficial de la villa. Y la popular Ana Bretón, por su lado, aseguró que los autores de las pintadas lo que hacen es "incitar al odio". Y añadió: "Estoy segura de que no se atreverían a maltratar una mezquita; los católicos somos más tranquilos". David Salcines, de Somos, declaró: "Cualquiera que sepa algo de feminismo se dará cuenta de que las pintadas son cuasi infantiles. No parece que ningún colectivo haya hecho eso". Por su lado, Carmen Conde añadió: "El feminismo tiene otras maneras de defenderse que con pintadas en las iglesias". Queda claro que las polémicas pintadas han encontrado un rechazo masivo en todos los estamentos de la ciudad.