Versos de Marcos del Torniello abrieron y cerraron el pregón que el Rector de la Universidad de Oviedo, Santiago García Granda, pronunció ayer en Luanco con motivo del inicio de las fiestas del Socorro. El químico especialista en cristalografía utilizó para presentarse los conocidos versos del poeta de Santiago de Ambiedes que dicen "Soi de Verdicio, nací a la vera del cabu Peñes, xunto a la mar". De hecho, comentó, "es lo que pongo en el pie de mis mensajes de correo electrónico: así lo vengo usando desde hace más de 25 años y así ha llegado, con mis mensajes, a los confines del planeta".

En un salón de actos abarrotado de público y tras la presentación a cargo del Alcalde, Jorge Suárez, el Rector hizo gala de sus orígenes gozoniegos y del estrecho vínculo que mantiene con el mar Cantábrico. "Mi identificación es plena con este mar, con esta tierra que baña y con esta gente", indicó para comentar que reside en la capital del concejo desde que se casó hace casi un cuarto de siglo. "En Luanco está mi presente", manifestó, e, igualmente, su pasado. Lo recordó con la mirada puesta en la adolescencia, cuando corría por el césped del Miramar. Jugó tres años en el Marino juvenil, "años fundamentales de mi vida, donde trabé importantes amistades y fui creciendo como persona", apuntó. Con nostalgia, también rememoró los tiempos del instituto en el Carreño Miranda de Avilés y las celebraciones de las fiestas del Socorro. De entonces, aún dijo tener grabadas en la memoria las habaneras que sonaban en los bares de la villa: "Son una de las señas de identidad de la fiesta", subrayó.

La mar y sus gentes ocuparon, asimismo, una parte importante de la intervención del Rector. "Los embates de la mar nos han quitado y nos han dado vida. Hacia su discurrir incesante hemos construido nuestras casas, fiado nuestras esperanzas; hemos alimentado en él nuestro pasado y apostado parte de nuestro futuro. Es el firme sustento de nuestra cultura colectiva como pueblo marinero", destacó para, a renglón seguido, rendir un homenaje a la gente del mar: "Personas recias, cabales, de corazón sincero y alma noble, curtidas en el devenir de las olas y en los temporales".

García Granda no sólo dirigió sus palabras hacia quienes han dedicado sus vidas "a una de las profesiones más duras"; también se refirió a las familias y, "en particular, a las mujeres, siempre en vilo, con el miedo a flor de piel, siempre esperando". De ellas ensalzó haber convertido en arte la tarea cotidiana de reparar las redes de pesca.

El pregonero no quiso olvidar en su discurso a su padre, cartero y marinero de profesión, de ahí su cercanía y sentimiento hacia la fiesta del Socorro, que conmemora un naufragio sucedido el 5 de febrero de 1776.

La Universidad estuvo asimismo presente en el pregón. "Desde mi condición de rector quiero contribuir y aportar cuanto sea posible para impulsar nuestro concejo. Comprometí potenciar la actividad universitaria en esta zona desde el Centro de Servicios Universitarios de Avilés y revitalizar la residencia y los cursos de La Granda reactivando el espíritu de la Extensión Universitaria; poner la Universidad en contacto con el pueblo que la sostiene", afirmó antes de despedirse con un poema de Marcos del Torniello dedicado al Cristo del Socorro. Y de la poesía, a la música, ya que la sección femenina del coro "León de Oro" puso, con la interpretación de tres habaneras, el broche musical al inicio de las fiestas de Luanco.