La petición de Ecologistas en Acción de dejar en pie las baterías de coque como símbolo de patrimonio industrial ha causado sorpresa en el gobierno avilesino, que viene defendiendo el uso industrial de los terrenos desde que Arcelor-Mittal anunció hace tres meses su cierre, previsto para 2019. "En lo que hay que pensar es en el mantenimiento del empleo y no hay que olvidar que la industria es el corazón productivo de la ciudad. Lo que hay que hacer es contribuir al mantenimiento de las empresas y a la atracción de inversiones para esos terrenos", aseveró ayer el concejal de Promoción Económica y de Ciudad, Manuel Campa. Y apostilló: "El turismo es importante, pero es un complemento de la industria".

El portavoz de Ecologistas en Acción, Paco Ramos, defendió en unas alegaciones ante el Principado que "el cierre definitivo de las baterías supondrá, además de una reducción de emisiones, una importante transformación de esa zona de Avilés". "Esperamos que no suponga una nueva destrucción del patrimonio industrial asturiano, por lo que deberíamos aprender de las experiencias de otros lugares con instalaciones similares, como el de la ciudad alemana de Essen, recientemente galardonada con el premio Capital Verde Europea", expuso.

Para la cronista oficial de la villa, Josefa Sanz, se peca "demasiado de proteccionismo". "Últimamente la Historia se ve ahogada por la arqueología y parece que si no hay arquitectura no hay Historia", apuntó la catedrática de Ciencias y Técnicas Historiográficas de la Universidad de Oviedo, que considera que las baterías de coque constituyen una "instalación bastante común". "Hay muchas maneras de documentar las cosas. La historia de Ensidesa en Avilés no se va conservar más por mantener las baterías en pie. El coste de su limpieza, mantenimiento y conservación supondría mucho más que los beneficios obtenidos", opinó.

El cierre de la coquería avilesina supondrá la liberación de unos 500.000 metros cuadrados de superficie que son propiedad del Estado. Su situación es privilegiada desde el punto de vista empresarial, dada su proximidad al puerto, a su vecindad con el Parque Empresarial Principado de Asturias (PEPA) y por la futura conexión con la autopista. Como informó este periódico, los empresarios del polígono sostienen que antes de adoptar decisiones sobre el uso que se dará a los terrenos las administraciones implicadas deberían conocer la opinión de la patronal.