Andrea Ferreras y Carmen García-Rendueles son las primeras alumnas del IES de Luanco que reciben la beca "Amancio Ortega", es decir, que serán las primeras en participar en un programa educativo durante diez meses en Canadá y Estados Unidos, respectivamente. Las avilesinas Sonia Álvarez y Manuel Sánchez, ambas del San Fernando, también estudiarán durante el próximo año en tierras norteamericanas.
Todas han pasado una dura criba con alumnos de toda España, teniendo en cuenta que 9.300 adolescentes se presentaron a estas pruebas y tan solo 500 recibirán la ayuda de estudios en Norteamérica. "Uno de los requisitos para participar en las pruebas era tener un 8 en inglés", afirma Ferreras. La primera selección de estudiantes dejó fuera a la mayor parte. "Primero quedamos 1.500 y, posteriormente, tuvimos que hacer una entrevista oral por internet y hablar de cualquier tema, yo elegí el cambio que sufrí tras mudarme de Alcorcón a Luanco hace cuatro años", expresa Ferreras, que cursará un año en el estado de British Columbia, en el distrito Delta, una población próxima a Vancouver, donde curiosamente sus padres celebraron su luna de miel.
Su compañera Carmen García-Rendueles estudiará un año lectivo en Estados Unidos, pero aún no sabe destino concreto. "En Estados Unidos es diferente, las familias nos eligen para realojarnos", afirma García-Rendueles, consciente del cambio que sufrirá el año que viene al estudiar en una ciudad con bastante más población que los 5.000 vecinos de Luanco. "Si me toca Nueva York estaré encantada, aunque cualquier destino es bueno, me adaptaré bien soy sociable", expresa la alumna.
Las dos luanquinas estudian 4.º de ESO, como sus compañeras del San Fernando que cruzarán el charco a finales de agosto. Las cuatro cogerán el testigo dejado por Laura Marín y César Gil, que obtuvieron la beca el pasado año y actualmente están estudiando al otro lado del Atlántico. "Durante los diez meses que vamos a América ni podemos volver a casa ni nos puede visitar, es un proceso de inmersión total", afirma García-Rendueles. Y añade que aprendió inglés con las clases del instituto además de echar mucha música anglófona y ver series en versión original. Su compañera Andrea Ferreras estudió desde niña en un colegio bilingüe con profesores nativos y actualmente, acude a clases a una academia en Candás. "Los idiomas se me dan bien", comenta Ferreras, que participará con el resto de seleccionados en unas jornadas de convivencia previas previstas para la primavera.
